“UNA NOTICIA DE OK DIARIO”
1. Análisis de una entrada de blog
Autor: Juan Antonio Ríos Carratalá
Blog: Varietés y República
Fecha: miércoles, 24 de enero de 2024
Título original: Una noticia de OK Diario
Enlace:
https://varietesyrepublica.blogspot.com/2024/01/una-noticia-de-ok-diario.htmlContexto:
Entrada escrita como reacción a una noticia publicada en OK Diario que cuestiona públicamente el relato construido por el autor durante años en torno a Antonio Luis Baena Tocón y su supuesta vinculación con el caso de Miguel Hernández. Más allá de una simple réplica periodística, el texto revela la necesidad del autor de defender su método, su narrativa y su autoridad académica frente a una impugnación que pone en evidencia las consecuencias públicas de su forma de escribir y de presentar los hechos.
2. Estrategia discursiva del autor
En esta entrada, Juan Antonio Ríos Carratalá despliega una estrategia de autodefensa basada en el juego semántico y la ambigüedad calculada, cuyos elementos principales son:
Negación literal ("yo no he dicho que fuera asesino").
Afirmación funcional ("colaborador necesario"), sin explicar al lector medio su alcance real.
Desplazamiento de responsabilidad hacia periodistas, medios o "lectores exaltados".
Autovictimización académica, presentándose como objeto de una "denuncia contra mi trabajo como catedrático".
Uso instrumental del prestigio bibliográfico ("si hubieran leído Nos vemos en Chicote…").
Ataque ideológico difuso, utilizando irónicamente la etiqueta "la izquierda" según convenga al relato.
El resultado es un texto que aparenta rigor, pero que elude cuidadosamente el núcleo del problema: el efecto real, sostenido y público de sus publicaciones durante casi una década.

3. El punto central que se oculta: cómo se construye al "verdugo"
Ríos Carratalá afirma que es falsa la atribución de haber presentado a Antonio Luis Baena Tocón como "verdugo" o "asesino" de Miguel Hernández. Esta afirmación solo puede sostenerse si se ignora deliberadamente el conjunto de su obra, sus artículos, entrevistas y la recepción mediática que él mismo ha alimentado.
Durante años, el autor:
Introduce reiteradamente el nombre de Antonio Luis Baena Tocón en el sumario de Miguel Hernández...
Lo hace describiéndolo de facto como militar profesional, sin apenas formación y voluntario para ejercer represión a cambio de beneficios, cuando se encontraba realizando el servicio militar obligatorio.
Le atribuye una condición funcionarial que no tenía y unas facultades decisorias que tampoco tenía, presentándolo como alguien capaz de "firmar" u "ordenar" penas de muerte.
Le asigna el papel de secretario con competencias propias de un juez que no le correspondían.
Llega incluso a situarlo como secretario de consejos de guerra a los que nunca perteneció, extremo acreditado judicialmente en la sentencia contencioso-administrativa de Alicante.
Omite de forma sistemática que no firmó ninguna sentencia, ni tuvo capacidad para hacerlo.
Todo ello configura una construcción narrativa falsa, sostenida por insinuación, repetición y omisión, que permite al autor afirmar después que "nunca dijo" exactamente aquello que durante años permitió —y favoreció— que otros dijeran por él.
Este
es el auténtico juego
de trilero discursivo:
no
decirlo explícitamente, pero decir lo suficiente, el tiempo
suficiente, para que el lector saque la conclusión deseada.
4. El ejemplo judicial: cuando el discurso se desmorona
Las sesiones judiciales del procedimiento civil celebradas en Cádiz los días 14 y 15 de octubre de 2024 son especialmente reveladoras.
En ellas, Juan Antonio Ríos Carratalá repitió el mismo patrón discursivo ya conocido desde al menos 2016, cuando en una entrevista en la Cadena SER (Carlos Arcaya) utilizó el término "verdugo" en la promoción de su libro Nos vemos en Chicote….
En sede judicial:
Volvió a refugiarse en matices semánticos ("yo no he dicho", "lo que quise decir", "lo que se entendió", "lo que dice la bibliografía").
Un abogado de uno de los medios demandados llegó a sugerir en sesión judicial, de forma insólita, que el término verdugo podría haber sido originado por el propio demandante (yo).
Fue necesario responder leyendo un fragmento literal de Nos vemos en Chicote…, dejando en evidencia el artificio.
Todo ello consta en grabación judicial. No se trata, por tanto, de una interpretación subjetiva ni de un malentendido periodístico, sino de una estrategia discursiva reiterada, que se desmorona cuando sale del blog y entra en un juzgado.
5. El uso interesado de las sentencias
Otro elemento recurrente en esta entrada es el uso selectivo y oportunista de resoluciones judiciales.
El autor:
Alardea de no estar "personado" en el contencioso del TSJCV.
Sin embargo, alude a dicho procedimiento como si fuera un éxito propio.
No explica por qué existe ese procedimiento.
No concreta qué se discute en él.
Ni qué aspectos del mismo le resultan favorables o desfavorables.
Si no está personado y el procedimiento no va contra él, resulta legítimo preguntarse qué hace utilizándolo como argumento. La respuesta parece evidente: funciona como elemento retórico, no como información transparente. El detalle incómodo se omite; el titular se exhibe.
Se repite así el patrón ya visto con la sentencia contencioso-administrativa de Alicante: citarla sin explicar aquello que desmiente el relato construido.

6. Irene Tabera: una excepción que incomoda
El tratamiento que hace el autor de la periodista Irene Tabera merece una corrección sustancial.
Irene Tabera fue la única periodista en todo el país que:
Aceptó contrastar documentos.
Habló personalmente conmigo.
No me conocía previamente.
No actuó por afinidad ideológica ni "amiguismo".
Ejerció su trabajo con rigor profesional.
Precisamente por eso rompe el esquema al que Ríos Carratalá parece estar acostumbrado: periodistas que reproducen su versión sin cuestionarla. Cuando alguien no lo hace, pasa automáticamente a ser parte del problema.
7. Propaganda encubierta
La entrada se cierra, una vez más, con autopromoción:
Anuncio del segundo volumen de Las armas contra las letras.
Mención a reseñas en El País y ABC, agrupadas irónicamente bajo la etiqueta "la izquierda".
Conversión de un conflicto humano, familiar y judicial en material promocional.
El daño causado queda fuera del encuadre; el foco vuelve al autor.
8. Conclusión
Esta entrada de Ríos Carratalá no es una simple réplica a una noticia de OK Diario. Es un ejercicio de autodefensa retórica que:
Niega formalmente lo que ha construido materialmente.
Se refugia en tecnicismos para eludir responsabilidades morales.
Manipula resoluciones judiciales de forma interesada.
Y pretende cerrar el debate sin asumir ninguna rectificación.
Pero a estas alturas, afirmar que no ha presentado a Antonio Luis Baena Tocón como verdugo no solo resulta inverosímil. Es asombroso comprobar hasta dónde puede llegar la negación cuando personajes de este calibre son los que escriben —y difunden— la supuesta memoria histórica y democrática.