Blog de José Francisco Baena González

 

Nada es lo que parece: un timo de trileros en la investigación académica

Fuente:  El Nacional. Trilero en la calle
Fuente: El Nacional. Trilero en la calle

                Hace poco más de un año que vi en internet que Juan Antonio Ríos Carratalá, catedrático de la Universidad de Alicante, expresaba una serie de falsedades en un par de artículos suyos, en los que hacía referencia a mi padre, Antonio Luis Baena Tocón, reescribiendo su vida y haciendo afirmaciones muy graves sobre los consejos de guerra que condenaron al poeta Miguel Hernández y al periodista Diego San José. Era fácil darse cuenta que dichas afirmaciones eran altamente tendenciosas, muy ideologizadas. Sobre algunas de esas afirmaciones se podía demostrar su falsedad documentalmente. La primera y más fácil, la de "hacerse pasar por abogado", cuando era Licenciado en Derecho desde junio de 1936 ( tras la Guerra Civil el título de licenciado en Derecho ya incluía la condición habilitante para el ejercicio de la profesión ), un título que está colgado, por cierto, en el estudio de mi domicilio. En definitiva, un timo de trileros aplicado a la investigación académica deformando la técnica historiográfica. 

Recordaba aquella gráfica viñeta, publicada hace años, de los humoristas Gallego & Rey, que dibujaban a Felipe González y Alfonso Guerra, vestidos de gitanos patilleros con trajes blancos, cuello de camisa extendido y pantalones de pata de elefante, a lo Tony Manero en la película Fiebre del Sábado Noche, con cachava incluida intentando engañar a un paleto Manuel Fraga con boina, en un juego de trileros de la sevillana calle Sierpes.

Indagué sobre quién era Juan Antonio Ríos Carratalá y mi primera intención fue escribirle o llamarle para pedirle explicaciones del por qué hacía tales aseveraciones, pero la cosa se fue agravando cuando me fui dando cuenta que había hecho todo lo posible por difundir dichas afirmaciones, contando con otras personas afines ideológicamente, a través de artículos que reproducían y difundían dichos supuestos "trabajos académidos" en su totalidad o de manera parcial; "palmeros" a partir de ahora, que alabaran su "trabajo", algunos de ellos se ensañaron incondicionalmente contra la figura de mi padre, fallecido en 1998. 

Visité la página web del catedrático, su blog personal, sus seguidores, revistas en las que participó, busqué información sobre sus palmeros, los conocidos hasta ese momento ( posteriormente se agregarían alguno que otro ), etc. Se sentía muy orgulloso de que sus "hallazgos", fruto de una aparente y particular técnica historiográfica, fueran difundidos y publicados, como por ejemplo, en la prensa cordobesa, pero me di cuenta fácilmente que con el fanatismo con el que me encontré que no iba a resolver nada con llamarle; no sabía qué hacer, pero pensé que tendría que acudir finalmente a los Tribunales de Justicia, para reivindicar la verdad sobre la memoria de mi padre, por otro lado amparada por el ordenamiento jurídico... Otro día hablaré de sus palmeros

        Tengas pleitos y los ganes: refranero gitano


         Me entrevisté con varios abogados: uno muy allegado, seguidor del PSOE en Andalucía, y me comentó que no hiciera caso, alegando "¿ qué hizo Felipe González cuando le dijeron que tuvo un pasado falangista ? no hacer caso"...; otros activaban la máquina cuenta-minutos para hacer la caja de su negocio; otros me pedían altas cantidades de dinero sólo para ver los papeles que llevaba en la carpeta, sin haber ejercido la escucha activa, después vendrían las facturas; otro me atendió desinteresadamente pero me desaconsejaba meterme en juicio porque lo perdería, no porque no tuviera razón, sino porque le iban a dar la razón a aquellos de determinada ideología - me dijo que a él le interesaba tener pleitos, pero que lo perdería -. Yo me encontraba perplejo, me parecía la pesadilla de un mal sueño, increíble para mí. Es un señor que ha llevado casos de amigos que han quedado muy satisfechos, también de muchos políticos y me consta que es una persona honesta, pero me habló de casos similares que llevaba de familias conocidas y los perdió. ¿ Es que no hay justicia ?.

Busqué un abogado que fuera experto en asuntos de Internet y uno se puso en contacto conmigo llegando a un acuerdo. Esta persona, supongo que intentaría hacer su trabajo lo mejor posible, pero su actuación me perjudicó seriamente. Hice lo que él creyó oportuno hacer, porque era el experto y yo no tenía ni idea: no conocía bien lo que era el derecho al olvido, derecho al Honor, desindexar enlaces, etc y firmé cada papel que me ponía por delante, sin llegar a comprender bien lo que firmaba, aunque él me diera una explicación, aunque a veces con muchas prisas...

Fuente: Agencia EFE
Fuente: Agencia EFE

En medio de esta relación comercial, tras poner la demanda inicial, el Sr. Ríos Carratalá, se puso de inmediato en contacto conmigo, bajo un halo de falsa amabilidad - sabe manejar a su antojo el lenguaje, no olvidemos cuál es su especialidad -, para ponerme al corriente de los pasos que había dado para retirar las URLs y diciéndome que " sus trabajos estaban documentados ", en sucesivos y variados correos, que mantengo y no tengo inconveniente en publicar. Mi abogado me dijo: " parece muy colaborador " y yo le contesté que " no me lo creía ", porque nunca he visto a nadie tan tendencioso ideológicamente hablando que acceda de forma tan fácil a lo solicitado y, mucho menos, después de buscar tanto palmero y hacer tanta difusión de sus escritos.

Los correos que Juan Antonio Ríos Carratalá me enviaba se los reenviaba a mi abogado y, ante alguna pregunta que hiciera, le comenté que había pensado contestarle en decirle tal o cual cosa. A lo que el abogado me respondia que no contestara, que " la ley está para cumplirla y punto ". Este hecho lo aprovechó para manifestar en el procedimiento administrativo que " se había puesto a mi disposición y yo no le contesté "... También para expresar con posterioridad que era razonable lo que él pedía y que yo no podía pretender otra cosa, a la postre sin yo haber dicho nada.

El caso es que la Gerencia de la Universidad de Alicante resolvió la petición a mi favor, sobre el derecho de supresión también llamado derecho al olvido.

¿ Qué hace Ríos Carratalá, tan colaborador como le parecía al abogado ?, pues monta en cólera, hace muchas declaraciones en prensa, dice sentirse "apenado", que la "libertad de expresión" debe primar, que "los documentos históricos no se pueden anular o cambiar" y realiza una serie de actuaciones y de afirmaciones, al tiempo que anuncia que hará un recurso de alzada a dicha resolución de la Universidad de Alicante.

Entre esas declaraciones, es cuestión de ver las carpetas de pantallazos que guardo archivados están las de que " quiero reescribir la historia ", " que quiero anular los documentos históricos ", " que quiero borrar el nombre de mi padre " y muchas más cosas, cuando era él quién ha reescrito la historia ( al menos en lo concerniente a la figura de Antonio Luis Baena Tocón), cuando jamás he solicitado anular o cambiar ningún documento histórico, sino la eliminación de artículos suyos que proyectan falsedades -  y que él los eleva a la categoría de documentos históricos -, ¿dónde, cuándo y ante qué organismo he solicitado eso? (son otras falsedades suyas), ni pretendo borrar el nombre de mi padre (por eso pongo su nombre bien completo), de quien me siento muy orgulloso. Lo cierto es que Rios Carratalá manipuló el contenido de los documentos históricos utilizando la ficción.

Me consta por algunos amigos catedráticos o profesores de diferentes universidades o historiadores ajenos a la Universidad, que el catedrático de literatura de la Universidad de Alicante monta la de San Quintín entre los diferentes compañeros de la Universidad de Alicante, alguno de ellos me pide que no diga su nombre - entiende perfectamente lo que está ocurriendo y teme tener problemas - yo sólo diría nombres si fuera preciso ante los tribunales de justicia, no pretendo perjudicar a nadie -. ¿ Cómo vamos a permitir que no se pueda dar luz a las investigaciones ?, ¿ Cómo vamos a permitir que no haya libertad de expresión y libertad de cátedra que afecta a las investigaciones científico-históricas ? y me consta que le monta "el pollo", como popularmente se dice, al Rector de la Universidad y estas mismas cuestiones son las que plantea a la prensa.

Ferrán Bono Ara: un periodista aliado de Rios Carratalá desde las trincheras políticas 


                  Rios Carratalá echa mano de su amigo Ferrán Bono, licenciado en Filología Hispánica ( al igual que el presentador televisivo de realities en Tele5, Jorge Javier Vázquez ), periodista que accede a la profesión a través del Master de Periodismo El País/UAM llegando a jefe de la sección de Cultura de El País y fichaje personal como candidato nº 5 de la lista del PSOE al Congreso por Valencia por impulso de la exvicepresidenta del Gobierno y actual presidenta del Consejo de Estado, María Teresa Fernández de la Vega, consiguiendo su acta como diputado en las Cortes Generales por el PSOE, durante la IX Legistatura ( 2008 - 2011 ), ilustre leguleyo e hijo también de Emérito Bono Martínez, militante del PCE. Partido Comunista de España, desde 1966 hasta su abandono en 1989 cuando se pasó a las filas del PSOE. Fue diputado del grupo comunista en las Cortes Constituyentes de 1977 y en la I Legistatura de 1979, y curiosamente colaborador en un estudio sobre comercio exterior del País Valencià, patrocinado por una entidad, modelo de referencia del " salvaje " capitalismo de los EEUU, la Fundación Ford. ¡ Extraña contradicción ideológica !.

Emérito Bono, Vicerrector de la Universidad de Valencia entre 1984 y 1986, fue además catedrático de Política Económica en la Universidad de Valencia y más tarde de Economía Aplicada cuando se retiró de la politica, la misma materia académica que ocupó como catedrático el palmero ideológico de Rios Carratalá, Angel Viñas - parece ser que se llega a padre de la patria por ser hijo de padre de la patria -. Ferrán Bono se pone en contacto conmigo y construye una especie de trampa  diciéndome " no ser político ", ¡ que eufemismo !. 

Fuente: Congreso de los Diputados. Emérito Bono, padre de Ferrán Bono
Fuente: Congreso de los Diputados. Emérito Bono, padre de Ferrán Bono

Conservo los correos que me envió y los que yo le contesté. El 17/06/19 me pregunta "por los motivos por los que he solicitado el derecho al olvido sobre el nombre de mi padre y por qué lo hago ahora y no antes". No me dice nada sobre publicar algo, ni de hacer alguna entrevista, etc. Le contesto que me sorprende que tenga mi correo y le dejé muy claro que no soy redactor, ni investigador, ni quiero hacer política, etc. Le contesto ampliamente, respondiendo a ambas preguntas: he solicitado el derecho de supresión de datos sobre mi padre porque he visto reescrita su vida, ya que se dicen falsedades evidentes sobre él, falsificando el contenido de los documentos históricos y lo hago ahora porque es cuando he tenido constancia de ello... Al día siguiente, publicó el e-mail que le envié sin decirme nada y sin pedirme ningún permiso y lo felicité irónicamente por haber conseguido lo que pretendía su amigo,

Fuente: Levante. Ferrán Bono en un acto de campaña del PSOE
Fuente: Levante. Ferrán Bono en un acto de campaña del PSOE

Ríos Carratalá, a lo que no replicó, lo que evidencia que sería éste quien le facilitara mi e-mail - alguien me dijo que había sido alumno suyo cuando estudiaba Filología Hispánica en la Universidad de Valencia, no sé si será cierto, ya que Ríos Carratalá era profesor universitario de Filologia Hispánica desde 1998, pero en la Universidad de Alicante, no en la Universidad de Valencia, alcanzando la cátedra en  2002 -, no creo que se lo facilitara el Rector Manuel Palomar o la Delegada de Protección de Datos.

Ese mismo día (18/06/2019) comienza el trending topic, me envía otro e-mail Ríos Carratalá, con Asunto en el mismo con la palabra "Colaboración", y se dirige a mí como "Estimado amigo", y en un alarde de hipócrita cinismo, decirme que "si puedo demostrarle alguna falsedad, la tendría en cuenta en sus investigaciones" y, de nuevo muy amablemente haciendo juegos de auténtico trilero de la sevillana calle Sierpes, con las palabras hace todo tipo de ofrecimientos amables. Es como "ven a darme un abrazo que te voy a apuñalar". Le contesté diciéndole que no hice ninguna declaración en El País, que alguien allegado a él me hizo unas preguntas y respondí, que él bien lo sabía - quien calla otorga -, "que sí puedo demostrar falsedades en sus trabajos y que lo haría de la manera que creyera más oportuna". Bien sabía él, que habia manipulado las fuentes históricas para vilipendiar la memoria de mi padre. Y me refiero al cinismo de Ríos Carratalá porque cuando presenté el procedimiento del derecho de supresión explicando las falsedades, a sabiendas de estas él no rectificó y se limitó a presentar un recurso de alzada.

Todo lo que le dije a Ferrán Bono era verdad, por lo que hasta ahí, ningún problema. Lo malo es que se hicieron publicaciones parciales, se tomaron textos fuera de contexto y estuve expuesto a un trending topic durante aproximadamente una semana - radio, prensa, televisión y muy especialmente en las redes sociales - el conocido como efecto efecto Streisand que así lo llaman, evidente y hábilmente manipulado, lo cual proporcionó una enorme presión mediática sobre el Rectorado, añadida a la ya ejercida por Ríos Carratalá desde dentro de la Universidad.

La Universidad de Alicante cede a la presión mediática, política y académica

             El Rector de la Universidad de Alicante, Manuel Palomar,  se encontró con el lío que le montó Ríos Carratalá, quien no supo gestionar muy bien los medios de comunicación a través de Ferrán Bono del diario El País y de otras tantos medios, creando el trending topic mencionado en junio de 2019, quien supo confundir a la opinión pública manifestando que mi intención es borrar los archivos históricos, que quiero cambiar la historia, reescribirla, etc y yo lo único que he querido es que no se vieran los artículos de Rios Carratalá por evidentes falsedades que vierte y falta de rigor en sus trabajos, llenos de opiniones y suposiciones suyas, que nada tienen que ver con los archivos documentales históricos, tal y como he podido comprobar personalmente. Él sí que ha reescrito la vida de mi padre y no tengo ningún inconveniente en que se publiquen los documentos históricos tal cual, pero sin rellenarlos con injurias y calumnias, donde las masas que lo leen se permitían todo tipo de adjetivos y comentarios impropios para el difunto y para su familia, permitiéndose "darles consejos"  - como cambiarse de nombre -. Se me ha llamado de todo, no solo a mi padre, que si soy un asesino, que mi padre fue una hiena asesina y un verdugo, que mi familia es de asesinos, que mi padre condenó en el Consejo de Guerra a Miguel Hernández, etc.

Fuente: Nova Ciencia. Campus de la Universidad de Alicante. Facultad de Filosofía y Letras
Fuente: Nova Ciencia. Campus de la Universidad de Alicante. Facultad de Filosofía y Letras

En el diario El Mundo del 30 de julio de 2019, se publicó un artículo bajo el título " El funcionario que condenó a muerte a Miguel Hernández". Todo ello salió en prensa, radio, televisión, redes sociales, pero en ningún medio se dijo lo que yo pedía. Tengo los pantallazos y los enlaces correspondientes. Hizo salir el caso en prensa, radio, televisión y uso masivo de redes sociales, jaleó a la sociedad alentando a los profesores universitarios, a los historiadores, a los periodistas, a las instituciones, siempre hablando del derecho a la información y de la libertad de expresión, que se quería reescribir la Historia, cuando es él quien la ha tergiversado - al menos en cuanto a Antonio Luis Baena Tocón se refiere -. La presión era significativa  y la Universidad rectificó apoyando a Rios Carratalá en su particular cruzada y retorcida vendetta utilizando el libero difamatorio como arma contra la verdad histórica. El derecho de expresión y de información, como derechos fundamentales, no es una pirata patente de corso para modificar la verdad histórica.

El fusilamiento de mi abuelo Francisco Baena Jiménez, abogado y fiel funcionario de la II República junto con otros apuntes de la posguerra

          La célebre canción de Joan Manuel Serrat " Españolito que vienes al mundo te guarde Dios. Una de las dos Españas ha de helarte el corazón ", no puede entonarse ni para mi abuelo ni para mi padre. Mi abuelo era fusilado por tropas de la República, de la que fue un comprometido y fiel funcionario, y tras la Guerra Civil, su viuda cuando solicita una pensión como viuda de víctima de la Guerra, el régimen franquista se la deniega porque " su marido no se sublevó ". En el caso de mi padre, sufrió detenciones y tuvo que exiliarse. Las dos Españas ideológicas les helaron el corazón a ambos y a mi familia, y les convirtieron en víctimas, como sucede con frecuencia en este país, lo digo por lo garantista que suele ser el Estado de Derecho español con los presuntos autores de delitos y lo frágil y a su vez desprotector con las víctimas.

Aunque ya se explica en la biografía familiar de esta web, el padre de Antonio Luis Baena Tocón, Francisco Baena Jiménez fue abogado y Secretario del Ayuntamiento de Torrelaguna ( Madrid ), quien probablemente pediría aquel destino para que sus hijos pudieran estudiar con más facilidad, digo probablemente porque no sé de nadie de la familia que viva actualmente y que conozca la razón por la que solicitara aquel destino, aunque aún quedan a fecha de hoy algunos familiares lejanos muy mayores para hacerles dicha consulta, pero con gran dificultad para contactar con ellos.

Fuente: Archivo familiar. Francisco Baena Jiménez
Fuente: Archivo familiar. Francisco Baena Jiménez

Como funcionario público, para los que piensen que podía formar parte del bando nacional, dependía de él toda la economía familiar, no tenía posesiones, ni tierras. Tras concluir la Guerra Civil, ya que fue fusilado, se inició el expediente para obtener la pensión extraordinaria a la que tenía derecho su mujer, como viuda de una víctima de la Guerra Civil pero a pesar de los pesares, incluso con la intervención tanto de Juan Ricote, Obispo Auxiliar de Madrid, como de algún militar de alto rango amigo de la familia, o de religiosas carmelitas que testificaron que fueron salvadas por mi abuelo, resultó desestimada la petición de pensión, pues en la partida de defunción se hizo constar que fue " asesinado por las hordas rojas, pero no se sublevó ". Lo cierto es que jamás hizo alegato o manifestación alguna en contra de la República, todo lo contrario, siendo un fiel y cumplidor funcionario de esa misma Segunda República por la que sacrificó su vida, al servicio de la Administración Local, tal y como rezan los documentos de su expediente administrativo.

En ese expediente administrativo conservado en el Archivo Histórico correspondiente, se puede observar que se pedía en los primeros años del siglo XX certificados de ser persona de " intachable conducta y moralidad ", para cada destino que se solicitaba dentro del ejercicio de la función pública y que no era una exigencia nacida en el régimen franquista, como algún iluminado ha dado a entender. Al igual que se exigía para dicho puesto en la Administración el título de Licenciado de Derecho para el Cuerpo de Secretarios de Administración Local de 1ª Categoría, como se puede comprobar en la misma fuente del Archivo General de la Administración.

Hasta poco antes del comienzo de la Guerra Civil existía en la Plaza Mayor de Torrelaguna un monumento en memoria del Cardenal Cisneros, nacido en esa localidad. Se trataba de un templete con una cruz, pero meses antes del inicio de la Guerra Civil dicha cruz fue dinamitada y el padre de Antonio Luis Baena Tocón públicamente censuró el acto que hoy día calificaríamos de " talibán", como más propio de la barbarie, la incultura y atentador contra el patrimonio histórico español. Ahí el ya se señaló públicamente. El templete fue reconstruido en 1949.

Fuente: Archivo familiar. Antonio Luis Baena Tocón
Fuente: Archivo familiar. Antonio Luis Baena Tocón

Meses después se inicia la Guerra Civil y Torrelaguna es tomada por el ejército republicano. Ya hemos citado anteriormente que el teniente coronel del Rosal al mando de esas tropas de milicianos de la CNT/FAI indicó a mi abuelo que como secretario del Ayuntamiento hiciera inventario de los bienes que existían en las iglesias. El militar republicano se ausenta de Torrelaguna y asesinan los milicianos de la CNT/FAI a tres religiosos Hermanos Maristas. Mi abuelo, por el cargo que ocupaba, tuvo la oportunidad de saber que lo mismo iba a ocurrir con otros sacerdotes, a los cuales avisa y éstos huyen y se mezclan con las tropas en el frente de Somosierra. Meses después se pasan a zona nacional. Uno de ellos se llamaba Juan Ricote que después de 1939 fue Rector del Seminario de Madrid, Obispo Auxiliar de Madrid y murió siendo Obispo de Teruel.

Mi abuelo de forma discreta facilitó la salida de las monjas Carmelitas, que se dedicaban a la enseñanza de niños pobres, que en ese momento estaban en el Convento de Clausura de las Concepcionistas y las provee de vestimenta seglar. También intentaron violar a las religiosas y saquear el convento de las monjas de clausura Concepcionistas saliendo mi abuelo Francisco en defensa de ellas. Algunos sacerdotes no quisieron huir como en el caso de Don Fermín, capellán de las Carmelitas, apodado popularmente como Don Alejandrillo, de pequeña estatura y regordete, que ayudaba a los necesitados e iba siempre en compañía de D. Alejandro de Marco, hombre serio, coadjutor de la parroquia y ecónomo de Redueña. En el pueblo siempre decía la gente, con el ánimo de distinguirlos, "... por ahí van D. Alejandro y D. Alejandrillo ". Ambos serían fusilados.

El día 7 de Agosto de 1936 mi abuelo, que contaba con 51 años de edad, fue detenido por un grupo de milicianos de la CNT/FAI y fusilado en una hornacina del convento de las monjas de clausura a las que defendió, según está documentado, lo que me confirmó el doctor en Antropología, Roberto Fernández, coordinador y coautor del libro "La Sierra Convulsa. Segunda República, Guerra Civil y Primer Franquismo al Norte de Madrid", libro editado dentro de los programas de Memoria Histórica, en el que introduce el siguiente epígrafe: " A todos los que han sufrido y sufren sin merecerlo ", quien además de orientarme en mis búsquedas e investigaciones por otros archivos documentales históricos, como el Archivo Regional de la Comunidad de Madrid, me indicó que el acta de defunción de mi abuelo en el Juzgado de Torrelaguna se encontraba entre las cruentas muertes causadas por las tropas de milicianos de la CNT/FAI, en los libros desde 1939 en adelante que recogen las defunciones. 

No obstante, tras mi visita al Archivo Histórico Nacional, gracias a un archivero muy atento, descubrí, con el conocimiento del Programa PARES, desconocido por mí hasta ese entonces, la muerte documentada de mi abuelo que me produjo tal impacto que sufrí una impotencia indescriptible tras conocer algo que mi propio padre quiso evitarnos a la familia y me costó unos minutos eternos sobreponerme, por saber cómo debió sentirse él y toda la familia, ante tal hallazgo.

Fuente: Archivo de Torrelaguna. Partida parroquial de inhumación de Francisco Baena Jiménez
Fuente: Archivo de Torrelaguna. Partida parroquial de inhumación de Francisco Baena Jiménez

A finales del año 1936, las autoridades de la zona republicana dispusieron que todas las familias, a las que ellos calificaban de "enemigas por haberles asesinado algún familiar", fueran evacuadas a otras provincias lejanas a los frentes de guerra. Me imagino como "enemiga" a mi pobre abuela, con cuatro niños menores de edad. Por esa disposición la familia tuvo que abandonar su casa y con lo puesto fueron evacuados en un tren y sin decirles a dónde les llevaban terminaron en Munera, provincia de Albacete, siendo alojados en familias con recursos y bajo la obligación de mantenerlos. Mi abuela y mi tío Curro en casa de unos labradores de clase media, mi tía Carmen en casa de un señor que tenía cinco hijas, mi tía Gertrudis en la casa de un maestro nacional que a su vez fue movilizado, quedando ella con la mujer y una hija. Otra de mis tías, María José con un familiar de origen británico y de apellido Ferguson, a quien mi abuelo le asesoraba en sus negocios y se la llevó tiempo antes a Gibraltar. Todas esas familias se portaron de forma inmejorable con ellos y poco a poco fueron conociendo la realidad de su tragedia.

Finalizada la Guerra Civil, mi padre Antonio Luis Baena Tocón, regresa a Torrelaguna, tras su exilio en Francia y Marruecos, da sepultura a su padre, que llevaba tres años muerto, y enterrado en una fosa común, reconociéndole por las ropas que llevaba, lo que le produjo un gran trauma. Tras comprobar el saqueo de la casa familiar se reencuentra con la familia y se encaminaron a Sevilla donde una hermana de mi abuelo les acoge, al igual que a otros muchos familiares seriamente perjudicados por la Guerra Civil. Mi abuela y sus hijos en lo alto de un camión volvieron de Madrid a Sevilla. Habían perdido absolutamente todo. Mi padre, que no era militar de carrera ni funcionario desde 1934, como algunos han querido hacer ver, entre ellos Rios Carratalá, no tuvo más remedio que incorporarse al ejército para cumplir con su servicio militar obligatorio y por su condición de licenciado en Derecho, es asignado al Cuerpo Jurídico Militar.


Carta abierta al catedrático Rios Carratalá en respuesta a su libelo difamatorio

              La polémica que ha creado Juan Antonio Ríos Carratalá, con su libelo difamatorio al hablar de Antonio Luis Baena Tocón, manifiestando tener toda la información controlada y documentada más tarde difundida por sus palmeros, colegas corporativistas y allegados, me está dando mucho trabajo para recuperar la verdad sobre la memoria de mi padre, pues pensaba disfrutar de mi jubilación con muchos planes y proyectos. Cuántas veces me decía mi madre, que en paz descanse, no olvides nunca pensar o decir "Si Dios quiere", ¡Y cuánta razón tenía!.

Tras un año de intensas búsquedas de información por parte de historiadores, periodistas especializados e investigadores a título particular, además de personarme en todo tipo de archivos históricos ( militares, civiles, religiosos y privados), a los que he acudido personalmente y que no han finalizado aún, algunas veces porque tardan mucho en responder los organismos donde se ha solicitado información, otras veces porque transcurridos 80 años, algunos organismos dejaron de existir y te derivan a nuevos organismos, que a veces manifiestan tener un gran desconocimiento sobre dónde ha ido a parar determinada información o no tienen claro donde estará la información buscada, incluso te dan pistas de posibles ubicaciones o incluso llegan a dudar de si existirá a fecha de hoy. En algunos organismos, tras la llegada del coronavirus me emplazan a reuniones o estudio de documentación tras la finalización de la pandemia, eso sin contar con el peregrinaje de amigos, familiares o abogados.

Vinieron muchos contratiempos que tuve que ir alternando con todo el proceso, algunas operaciones por motivos de salud, con sus correspondientes revisiones por achaques de la edad y que fui posponiendo para no faltar al trabajo antes de jubilarme o por motivos familiares que tuve que retrasar más aún las actuaciones, aparte de los problemas cotidianos que surgen sin esperarlos y que todo hijo de vecino tiene.

CARTA ABIERTA al catedrático de la Universidad de Alicante Juan Antonio Ríos Carratalá

Una vez conocidos, vistos y leídos los trabajos y publicaciones que están en Internet y otros medios del catedrático de Literatura Española Juan Antonio Ríos Carratalá y sus difusores - con permiso o sin él de los mismos-, de la Universidad de Alicante, en los que de una manera u otra hace referencia a mi padre Antonio Luis Baena Tocón y a otros miembros de mi familia, pudiendo apreciar que se ha esmerado en su difusión, en los que menciona y reescribe novelesca y falsamente la vida de mi padre contra el derecho al honor y la verdad histórica. Me gustaría poner título a la carta abierta que le escribo:

Ríos Carratalá o el "tiro" que otros y otras no pudieron dar.

La objetividad menos objetiva que pueda verse: Ríos Carratalá.

Ríos Carratalá o el caso del Catedrático tocado por el rayo.

Ríos Carratalá o el defensor que viola derechos, calumniando.

Baena Tocón y Ríos Carratalá o el caso de David contra Goliath.

El panfleto publicitario del progresista Ríos Carratalá como centro de las calumnias e injurias de sus palmeros.

Es difícil poner título a sus escritos, a sus " investigaciones ", a sus " hallazgos ", a sus imaginativas conclusiones producto de la ficción y las de aquellos que han querido hacer eco de las mismas. Difícil por su política barata queriendo erigirse como el " iluminador y descubridor " de la verdad, por su falta de objetividad, por su falta de inobservancia de las mínimas normas que debe seguir cualquier investigador que se precie, a su necesidad de hundir el dedo en las heridas de un pueblo, no sólo de una familia, para mantener la lucha y la falta de paz, sin importarle las falsedades sobre quien no puede defenderse y el uso de informaciones o comentarios llenos de odio y rencor, que dieron personajes interesados y partidistas, insisto faltos de objetividad, pero bueno, incluso para facilitarle la popularidad que tanto parece gustarle, cualquiera de esos títulos puede valer.

No obstante, alguien que ha leído este encabezamiento me ha preguntado ¿por qué lo del caso de "David contra Goliath"?. Es muy sencillo y lo explico.

Una persona que ha estado recordando normas correctas del uso de la Lengua Española como yo (ex-alumno del aula de mayores de la UCA, ex-alumno del centro educativo donde ejercí como profesor, como Secretario y como Director, que descubre por casualidad dichos escritos, que es pensionista, que no tiene medios personales o materiales a su alcance que le faciliten la actividad, como alumnos becarios, compañeros de trabajo, bibliografía específica, servicios de la Institución para la que trabaja, incluidos los servicios jurídicos, con desconocimiento de cómo funcionan algunas instituciones, organismos públicos, archivos documentales, etc, y que tiene cierta disminución de su autonomía por motivos de salud, relativamente serios, entre otras cosas.

En contraposición, un señor que se supone domina la Lengua Española y que la sabe utilizar muy sutilmente, que escribió y publicó lo que escribió hace varios años, que está de vuelta de todo aquello y puede " torear " a quien se proponga sin gran dificultad, estando en activo, con el potencial económico que le avala la institución pública con conocimiento de cómo funcionan las instituciones, organismos públicos y archivos documentales y que si está en activo tendrá supuestamente una condición física que no le imposibilite actuar en consecuencia a sus intereses y de manera rápida, muy diferente a si tuviera desprendimiento de retina, agujero macular o fractura del hombro, por ejemplo.

Fuente: AEPD
Fuente: AEPD

Aunque las publicaciones del Sr. Ríos Carratalá en las que figura el nombre de mi padre llegaron a mi conocimiento hace poco tiempo, por diferentes cauces y personas (algunas de ellas lo conocieron y se extrañaron, otras son familiares que conocen la verdad, otras son nietos que no daban crédito a lo que leían por internet, otras simplemente eran amigos de Córdoba y sabían que se trataba de mi padre, pero en su momento no se atrevieron a preguntarme nada, tras leer las publicaciones de Herminio Trigo, aunque lo harían con posterioridad ), y observo que llevan años difundiéndose.

Pienso que el catedrático y sus difusores están atentando contra al honor de su persona, por las calumnias, falacias, e injurias, que se han vertido sobre él. Puede informarse en cualquier bufete de abogados o en los servicios jurídicos de su Universidad si lo prefiere. Es algo más que elemental y un catedrático como usted, que hace tantas publicaciones, lo debería saber de sobra, por lo que deduzco que está actuando de mala fe. Sé de muchos profesores de Universidad que les obligan a publicar sus trabajos o investigaciones y hasta ahí me parece perfecto, publique lo que quiera y delo a conocer "tal cual" si quiere, que cada uno saque las consecuencias que considere oportunas, pero eso no es razón para publicar cosas, sacadas de contexto, tergiversándolas y hacer de los muertos un vil mercadeo indecente, del que usted se está lucrando, lleno de pensamientos tendenciosos, con conclusiones y deducciones falsas.

Agradecimiento al catedrático Rios Carratalá

Mi agradecimiento más sincero al catedrático Juan Antonio Ríos Carratalá, por cuanto ha permitido que conozca mucho mejor a mi padre y su vida, que si antes me sentía orgulloso de él, ahora y con más razón, hace que me sienta mucho más orgulloso aún, valorando todo cuanto hizo, cómo y por qué, que me permitió tener una vida que a él le negaron sin motivo, con muchas más facilidades y comodidades, que me dio el amor que su padre no le pudo dar a él porque le quitaron la vida, incluso cuando discutí con él cuando era joven y que, con la experiencia que te da la vida, te hace ver cuánta razón tenía y cuánto se le echa en falta. Que me orientó con valores que desgraciadamente parecen extinguirse como la educación, el respeto y el esfuerzo, entre otros muchos. Su ejemplo de vida ha marcado consciente o inconscientemente mi vida, siendo mi gran maestro y he intentado transmitirlo a mi alumnado durante 40 años y a mis hijos siempre que he podido. Ese orgullo que siento por él desearía que, sin duda alguna, lo tengan mis hijos -adultos ya- por su abuelo y les hablen de él como se merece a sus respectivos hijos.

También quiero dar las gracias más sinceras al Sr. Ríos Carratalá, porque gracias a él he contactado con algunos familiares, que no todos, hijos de aquellos hermanos de mi padre que de una manera u otra se vieron afectados y perjudicados por la Guerra Civil, que perdieron su infancia y/o adolescencia y no se les permitió que tuvieran una vida normal, sana, de juegos, de amigos, de alegría, con estudios, en familia. He valorado la acción de mi difunta abuela Isabel, he conocido todo lo que tuvo que sufrir y es para mi un homenaje el que le hago al escribir estas líneas, pensando especialmente en ella, valorándola en su justa medida, nunca la quise en vida tanto como la quiero ahora.

Tumba de mi abuelo, Francisco Baena Jiménez, en el cementerio de Torrelaguna
Tumba de mi abuelo, Francisco Baena Jiménez, en el cementerio de Torrelaguna

Al igual que a ella a otras tías que, tras destrozarles y arruinarles la vida, los acogieron sin tener nada, con cariño, dándoles la formación que pudieron e intentando orientarlos en la vida, y haciendo de la Guerra Civil para los niños algo como si no hubiese existido, pero que en su interior los mayores llevaban por dentro. Mi tía Antonia, a quien conocí, hermana de mi abuelo, ¡cuánto valía!, cómo trabajó y cómo luchó por darles formación, empleo, cariño, a pesar de lo estricta que alguna sobrina comentó que era. No había otro remedio para encauzar a tanta gente. Una mujer adelantada a su tiempo, una feminista que para luchar por la mujer y que luchaba sola tratando por igual a chicos y chicas, les dio formación a las niñas, pero gracias a su forma de ser y a sus valores, consiguió lo que consiguió, incluso parte de la orientación en la vida civil de mi padre se lo debe a ella - no a Franco como Ríos Carratalá ha querido hacer ver malintencionadamente -. 

Es también un homenaje a esa mujer maravillosa. De todo ésto me he enterado a partir de los escritos del Sr. Catedrático. La Guerra Civil separó de alguna manera a la familia, crecieron y cada uno tomó su camino. Esos primos hermanos con los que voy contactando, poco, muy poco o nada pudieron hablarme de lo que sus padres le dijeran de la Guerra Civil, porque sin haberse puesto de acuerdo ninguno de sus padres apenas dijo algo. Ese algo de uno o de otra lo he ido investigando como si de un puzzle se tratara.

Y para terminar quiero dar las gracias al Sr. Ríos Carratalá porque gracias a él he conocido el pueblo donde vivió mi padre y su familia, Torrelaguna que es una maravilla de localidad, lugar donde trabajó mi abuelo, también el lugar donde lo fusilaron, su tumba, el domicilio familiar, establecimientos y lugares que están abiertos desde 1936 o antes, la escuela donde probablemente fueran mis tíos, las gentes de ese pueblo, los Juzgados y su información. 

También he conocido la Sierra de Madrid, a sus investigadores e historiadores de la zona, el Madrid de la calle del Pez y aledañas, donde mi padre se alojó en una pensión mientras estudiaba la carrera de Derecho y en la que muchas de sus casas son de aquella época o anteriores, muy próxima a la Universidad Central donde estudió, así como multitud de archivos de todo tipo: eclesiásticos, registros de juzgados, archivos civiles y militares, de ayuntamientos y diputaciones o privados en ciudades como Madrid, Segovia, Ávila, Guadalajara, Salamanca, Alcalá de Henares, Sevilla, o Córdoba.

Me he convertido en aprendiz de investigador, he comprobado personalmente cómo funcionan los diferentes archivos del Estado y otros organismos o instituciones comprobando en líneas generales la alta preparación de las instituciones archivísticas y la de las personas que en ellos trabajan, la de los archiveros: personajes clave para mantener la memoria, los servicios de búsqueda, conservación y reprografía. Y todo ello gracias también a él.

Convento de clausura de las Concepcionistas en Torrelaguna
Convento de clausura de las Concepcionistas en Torrelaguna

Pero aunque tengo que dar muchas gracias a este Señor, evidentemente no me parece bien y estoy en total desacuerdo en cómo ha utilizado el nombre de mi padre. Creo que no ha respetado su derecho al olvido cuando presentó el recurso de alzada y su contenido atentando seriamente contra su honor, que como gran conocedor de la Lengua Española que supongo que será, lo justificará " practicando el noble arte de trilero " con las palabras, queriendo hacer justificable lo injustificable, por lo que no tengo más remedio que actuar en consecuencia.

Tengo que dar las gracias a muchísimas personas: amigos militares en activo, militares que no conocía y me ayudaron a buscar información o intentaron orientarme donde localizarla, algunos se implicaron de manera inesperada con gran sorpresa por mí parte e incluso me animaron a seguir con la tarea de luchar por la dignidad de mi padre fallecido, que harían lo mismo que yo estaba haciendo, e incluso se ofrecieron a que les llamara siempre que lo considerara oportuno.

Otros que me aclararon cómo se accedía al Cuerpo Jurídico Militar, el Cuerpo más envidiado de todos, el más antiguo y que me decían que "es un honor haber pertenecido a él", que todos cuantos entraban tenían que ser necesariamente licenciados en Derecho, que en ese Cuerpo no podía entrar cualquiera y menos "con tres asignaturas aprobadas", como afirma Rios Carratalá. Tengo que agradecer a otros con cierto amor por la Historia verdadera, que me explicaron hasta donde ellos sabían cómo eran las cosas en la posguerra inmediata y otros que buscaron información sobre aquello que no encontraban y que me llamaban por teléfono para confirmar datos o para decirme, sencillamente, que no habían encontrado nada, pero que me daban su palabra que seguirían buscando.

Tengo que agradecer a mis familiares, a muchos de ellos que llevaba más de 50 años sin verlos, que me facilitaran los datos que en su memoria quedaba de cuanto le dijeron sus mayores y algunos me facilitaron datos que desconocía, documentos escritos o fotografías de la época.

Por todo ello, gracias de nuevo, Sr. Rios Carratalá !

Nos vemos en Chicote capítulo 1

                Es evidente que al catedrático Juan Antonio Ríos Carratalá de la Universidad de Alicante, le gusta mucho hablar de " cultura franquista ", que no es lo mismo que hablar de "cultura en tiempos de Franco". Su libro " Nos vemos en Chicote " revela un Madrid no solo del franquismo, sino que ya existía antes de la Guerra Civil. Chicote era un bar de copas, cocktails y otros menesteres mundanos abierto en septiembre de 1931 por el célebre barman Perico Chicote, en el mismo año de proclamación de la II República. En 1934, el presidente del PSOE, Julián Besteiro, ofreció a Chicote la explotación del bar del Congreso de los Diputados, que mantuvo hasta la Transición democrática.

Chicote fue un lugar de encuentro social en la Gran Vía madrileña, antes y después de la Guerra Civil, para el ejercicio de la prostitución - ya se lo dijo la actriz Ava Gardner, "el animal más bello del mundo", como la describía Frank Sinatra, a Perico Chicote -, el espionaje - se daban cita hasta nazis refugiados, como el excoronel de las SS, Otto Skorzeny, rescatador de Benito Mussolini, y miembro de la red Odessa en España, organización que ayudaba a escapar a jerarcas nazis, dedicándose también al tráfico de armas -, los negocios, el contrabando o extraperlo - como sucedió con la penicilina -, los artistas, los escritores, la politica y el faranduleo en general. Una isla caribeña en el centro de Madrid con vida propia y excesos libertinos que describiría el escritor Ernest Hemingway en su obra " Cuentos de Guerra ". En el libro "La denuncia", Hemingway usa el bar como símbolo del afecto que sentían sus clientes, algunos extranjeros, por España. Una de las escenas de su única obra teatral, "La quinta columna", se desarrolla en dicho bar. Antes de la Guerra Civil habían desfilado por la barra de Chicote figuras políticas de todo signo ideológico, desde Dolores Ibárruri " La Pasionaria " a el fundador de Falange, José Antonio Primo de Rivera e intelectuales como Ortega y Gasset. Según parece a los españoles no nos separan las ideas políticas en el noble arte del beber, como forma de socialización. 

Por cierto, Rios Carratalá incluye una foto en la portada de su libro de dos mujeres tomando unas copas en la barra de Chicote, solo que esa foto fue tomada y publicada en 1935, y no es del Chicote de después de la Guerra Civil al que se refiere el autor en su libro, y en cuya portada si aparecen otras fotos posteriores a la Guerra Civil. ¡ Se ve que el rigor y la exactitud de su documentación gráfica va paralelo al contenido de sus trabajos supuestamente académicos !

En la pág. 11 de "Nos vemos en Chicote"  escribe Carratalá " La memoria forma parte del presente y procura un ajuste del presente con el pasado más o menos remoto " y él pretende hacer ese ajuste a su manera, poniendo cualquier asunto en el punto exacto y en su justa medida y por supuesto que la balanza caiga para el lado que defiende, sin balanceo alguno.

En esa cultura que muestra para hacer su panfletario libelo, sólo hay cinismo, silencio corresponsable, culpabilidad ajena, propia de un "holocausto unilateral", maldad en cualquier actuación, colaboradores voluntarios, oficinescos y verdugos.  "tremendismo que desafía cualquier imaginación", "mediocridad de los verdugos burocráticos" como cita en la pág. 19 - sin pretender quitar las barbaridades del tremendismo de aquella época -, "odio de los vencedores y su voluntad de ejercer la represión" para obtener al parecer "fines de semana libres" y expresión de orgullo e intransigencia, - pág. 36 -, como si no hubiera relación de artículos y bibliografía que hable de las barbaridades del bando contrario, a las que en ningún momento menciona para ir a lo que verdaderamente le interesa.

Ríos Carratalá desgrana la "jerarquía de la represión" - nadie duda que pudiera haberla, como en todas las guerras y posguerras, especialmente si son inmediatas -, pero sólo a su gusto, como si de las Tablas de la Ley se tratara, de manera bastante parcial. Le encanta hablar de "la ficción de un franquismo sin franquistas", quizás publicitando un libro suyo posterior, como si "no hubiera un republicanismo sin republicanos". Él determina dónde hay o no "licencias de ficción", como hace alusión por ejemplo en la pág. 61 y, al mismo tiempo, practica el ejercicio de ficción a la hora de escribir.

Esa "jerarquía" que menciona no la establece claramente, ya que al hablar de alguna persona en concreto mete a todo el mundo en el saco,  es decir: a éste o aquel le descubro o le adjudico tal o cual maldad y, de camino, se la adjudico a todos cuantos pille en el entorno. Es muy probable que hubiera quien tuviera determinada y baja catadura moral, pero él la generaliza. Según el catedrático "se firmaban sentencias de muerte a cambio de un puesto en el escalafón de funcionarios", generalizándolo.

Artículo ¡ La humanidad no les perdonará !
Artículo ¡ La humanidad no les perdonará !

Sirva de ejemplo el enlace siguiente de una entrevista radiofónica:

https://cadenaser.com/emisora/2016/01/07/radio_alicante/1452195695_926080.html

Habla de personajes siniestros. Dice, siguiendo a Fernán Gómez que "si hay víctimas es porque hay verdugos". También que eran funcionarios, todos eran voluntarios y en búsqueda de un puesto mejor y que voluntariamente pedían formar parte de un pelotón de fusilamiento para conseguir un fin de semana libre o una semana de permiso.

Dice cosas sólo atribuibles a su ignorante criterio jurídico como que "el instructor era el juez que condenaba" o que "la gente que había allí tan sólo había estudiado dos o tres asignaturas de derecho", frase que le gusta repetir en sus artículos y libros, supongo que refiriéndose a mi padre Antonio Luis Baena Tocón, que ya era licenciado en Derecho desde junio de 1936.

Las guerras sólo traen desastres, pero como el mismo catedrático Ríos Carratalá dice es "catedrático de ficción". Veo que más siniestro que el catedrático Ríos Carratalá habrá pocas personas. Mi padre y su familia fueron víctimas de la Guerra Civil. El catedrático se ha convertido en el verdugo de mi fallecido padre (aparte de los que tuvo en la época de la Guerra). Muy contento y con muchas risitas en la entrevista que le hacen en el año 2016.

La barra del bar Chicote en 1935
La barra del bar Chicote en 1935

En el año 1939 mi padre era licenciado en Derecho con habilitación como abogado en ejercicio, no con dos o tres asignaturas, sino con la Licenciatura de Derecho terminada por completo en el año 1936 ( hace esos comentarios jactándose y haciendo burla de todo ello y si no tenían estudios se los daban en "oposiciones patrióticas", jajaja, no le veo la gracia); no era funcionario, no sé de dónde saca eso: he consultado los archivos militares, Ministerio del Interior, Archivo General de la Administración y no hay nada al respecto.

En el año 1939, tras haber sido muy perseguido durante la Guerra y a la vuelta de su exilio se vio obligado a realizar el Servicio Militar Obligatorio y no se ofreció jamás a fusilar a nadie, mucho menos para obtener un fin de semana libre o una semana de permiso. Pero si él lo tiene acreditado y documentado que lo demuestre, que le vamos a poner un marco. Dudo mucho que hubiera gente de esa, salvo algún tarado con cuadro clínico psicopatológico, que siempre los hay en este país.

Hace referencia en la entrevista a mi padre, mezclándolo con todas esas barbaridades y dice que trabajaba con Julio Anguita cuando era Alcalde de Córdoba y éste no lo sabía - ya hablaremos otro día sobre ese asunto -, que ni sus hijos lo saben. ¿ Por qué no lo sabían en 2016 ? ¿ Es que él se lo preguntó en 2016 a alguno de ellos?. Eso nos evidencia que su ficción se pasa de rosca y no respeta nada. Como si yo hablara de su familia y me inventara cuanto quisiera sobre su padre. Ganas no me faltan.

Evidentemente, al hablar de "la Victoria" como un " holocausto unilateral ", después de quejarse una vez más del " riesgo comercial " de su supuesto ensayo, el catedrático dice ser "tan sugerente como cualquier ficción puesta al servicio del entretenimiento" y ve "la posibilidad de convertirlo en una invitación al disfrute del lector culto"

Bueno, su " riesgo comercial " parece haberle sido nulo y muy provechoso para su lucro personal, según manifiesta en en fecha 11/07/19, donde se jacta del lanzamiento de la segunda edición de su obra, ya que se agotó debido a la polémica creada con mi petición de desindexar unos archivos suyos que dicen falsedades sobre mi padre, que es lo único que solicité sin haber referencia para nada a los archivos históricos, que los manipula y tergiversa a su antojo y no la cantidad de cosas falsas que, gracias a él y a su difusor, el periodista del diario El País, Ferrán Bono, han dado lugar a que se difundan en todo tipo de medios de comunicación. 

Nos vemos en Chicote capítulo 2

Fuente: Archivos de la Comunidad de Madrid. Fachada del Bar Chicote
Fuente: Archivos de la Comunidad de Madrid. Fachada del Bar Chicote

          Habla mucho Rios Carratalá de la " memoria ", pero sólo de la memoria de algunos, memoria parcial, que dice formar parte del presente y por ello precisa un " ajuste " con el pasado, tal y como señalábamos en el anterior comentario y sobre al que se refiere en la pág. 11 de su libro. Ese ajuste, como si de alguien "tocado por un rayo" se tratara, a todas luces es el que pretende hacer de manera muy tendenciosa Juan Antonio Ríos Carratalá. ¡Y de qué manera!.

Confunde a propósito "pasado franquista" con vivir en tiempos de Franco, que es lo mismo que no confundirlo, sino hacerlo a conciencia, abusando de la generalización, pero es algo fundamental para que su panfletario libelo difamatorio tenga éxito. Si no lo hace así, queda descreído y raquítico en su argumentario.

Por lo leído, todos los que vivieron aquella época y les pilló en el bando no republicano "estaban compinchados y no se les preguntaba nada sobre su pasado": ¿ Le preguntaron por su pasado franquista, como escribe en la pág. 16 a esos políticos que él admira y que, con éxito o sin él, pretende convertirlos en sus palmeros mediante las entrevistas que les hace, para hablar de mi padre, cuando hicieron sus Oposiciones a la Administración?; por ejemplo, a los ex-alcaldes Julio Anguita o Herminio Trigo, pues no olvidemos que fueron funcionarios franquistas ( tan funcionarios franquistas como lo fue mi propio padre porque fue la época que le tocó vivir ¿o todo el que obtuviera una plaza en la Administración Pública era franquista?  ¿O quizás se les preguntó por su pasado republicano?. No lo creo.

 Pero claro, las personas que, por suerte o por desgracia, les correspondió estar en el bando republicano todos eran espíritus puros en los que no cabía, como afirma en la pág. 18, entre otras cosas, la "extensión de la banalidad, la mediocridad, la ambición o miedo para abrirse un hueco", o ni vivieron aquella época, pero hay quien se entretiene en adjudicarles el bando.

Fuente: Programa La Memoria de Radio Andalucía emitido el 18 de febrero de 2016
Fuente: Programa La Memoria de Radio Andalucía emitido el 18 de febrero de 2016

"Las obviedades de la historia rozan la demagogia y resultan tremendistas cuando se habla de dictaduras",  escribe en la pág. 26, estando totalmente de acuerdo en líneas generales, pero si no consideramos como dictadura de corte fascista fusilar a una persona por sus ideas religiosas, como se hizo en España en el 1936 o no queremos considerar dictaduras aquellas formas de gobierno que van acordes con nuestras ideas, pues ocurriría como sucede con Juan Antonio Ríos Carratalá, que seríamos más demagogos que nadie.

Juan Antonio Ríos Carratalá observa que " las causas de procesamientos y condena por motivos políticos en la España de la posguerra responden a la lógica de la Victoria ". ¿Y las causas de nulo "procesamiento y condena", a las que se sometieron las víctimas del bando contrario, a qué lógica responden? ¿Y las causas de procedimientos y condena de las personas que no eran de ningún bando y que ni siquiera fueron sometidas a un juicio a qué lógica responden?.

Según Rios Carratalá,  "el objetivo era aniquilar al enemigo mediante un uso sistemático y con apariencia de legalidad la violencia, la coerción y la depuración". Es posible que más de uno lo entendiera así, pero ¿qué objetivo había para asesinar a alguien por creencias religiosas?, ¿qué objetivo había para asesinar a alguien por defender a quienes tuvieran las ideas que fueran? (como fue el caso del padre de Antonio Luis Baena Tocón y a él mismo), ¿qué objetivo había para asesinar a alguien por el hecho de vivir en determinado lugar, sin tan siquiera participar de la vida política: por unas lindes, por las rencillas de algún vecino, etc?: ¿cómo encaja eso en el holocausto Rios Carratalá ?.

Habla de la "pretensión fascista", en la pág. 27, como si las actuaciones contrarias y anteriormente mencionadas no fueran más que fascistas. Dichas pretensiones del Sr. Ríos Carratalá las va desgranando y él decide lo que es y lo que no es fascismo, que como profesor de Literatura sabrá distinguir perfectamente mejor que aquellos que no tienen estudios y llaman "fascista" a todo el que no piense como él, que evidencia que quien llama de esa manera a los demás es el auténtico fascista. ¿No es fascismo fusilar al que no piense como yo? (eso hicieron con mi abuelo y lo que pretendieron hacer con mi padre)

En la pág. 28 habla el catedrático del irracional comportamiento de los que encontraron acomodo en la Victoria, pero no da un listado, ni cita nombres, aunque sí se refiera después a casos particulares haciendo ver su acomodo, cierto o falso, que yo desconozco, pero si generalizando, por lo que mete a todo el mundo en el mismo saco, como a Antonio Luis Baena Tocón, pero va a ser que el catedrático se está equivocando de persona, porque "no tuvo acomodo en la Victoria", aunque se empeñe. No es amor de hijo el que responde, que lo tiene fácil para hacer su demagogia y acreditaré esta opinión más adelante.

"Las imposturas de esa ficción colectiva necesitan de la discreción de sus artífices cuando se conciben con la voluntad de permanecer en el tiempo". Me parece muy demagógico y tendencioso porque supongo que más que pensar en el año 1939, y cómo vivirían aquellos a los que les tocara vivir aquella época, pocos serían los que recién terminada la Guerra Civil y haciendo un servicio militar obligatorio pensaran, en "permanecer en el tiempo", que los habría, pero dudo mucho que fuera la generalización, sino el vivir el día a día y hacerse cargo de la situación que les tocó vivir, pero para establecer una trama pues no hay más que inventarse la historia con opiniones que no son contrastables.

Dado que los técnicos archiveros no suelen resolver dudas cuando preguntas por algo que no entiendes en un archivo, porque te dicen que "los archivos son los que son" y la historia o las interpretaciones son o pueden ser otra cosa... (es lo que a mí se me dijo y fui en tres ocasiones: marzo, junio y octubre o noviembre de 2019), pregunté mis dudas sobre los sumarísimos y como es normal, hay quienes quieren responder y quienes no: me explicaba un militar en el acuartelamiento del Paseo de Moret en Madrid, al que le pregunté por dichos procesos sumarísimos, cuando no sabía lo que eran, ni había localizado la información oportuna al respecto: que se dan en todas las guerras - de hecho, con posterioridad los he visto en el bando republicano - y en situaciones muy conflictivas: alguien que se amotina en un barco, el capitán precisa dar sanción inmediata y aleccionadora ante el resto de la tripulación, por ejemplo, un batallón en combate y alguien, mientras sus compañeros se juegan la vida, decide retirarse, "que le cuenten la historia después, está cansado", precisa una justicia inmediata y sancionadora: ¿ es arbitrariedad del que tiene el mando ?.

Tras la Guerra Civil, "las consecuencias son miles de consejos de guerra, una legislación basada en la arbitrariedad del vencedor, la ausencia de garantías para los procesados, cárceles abarrotadas, etc., panorama propio de un holocausto" según Ríos Carratalá, pero la legislación era la que era, porque no era algo programado y como si se estuviera en tiempos de paz, aunque la fueran cambiando.

Fuente: Programa La Memoria de Radio Andalucía anunciando entrevista con Rios Carratalá
Fuente: Programa La Memoria de Radio Andalucía anunciando entrevista con Rios Carratalá

En la pág. 29 habla del "estupor del investigador" al desenvolverse en la "oscuridad de los años de la posguerra", pero Juan Antonio Ríos Carratalá nos " ilumina ".

Pienso que los procesados tuvieron más garantías que las que tuvo mi abuelo con los autores de su fusilamiento y de las que quisieron darle a mi padre, que no fueron pocas veces las que atentaron contra su vida, con lo que no quiero decir para nada que no me parezcan horrorosas las garantías que tuvieron dichos procesados, a ojos de hoy. También me pregunto, ¿no habría sido otro holocausto si hubiera vencido el bando contrario?. Ese planteamiento, toc, toc, dentro de la cabeza del catedrático no existe, no hay nada al respecto. ¿ No tiene muertes también a su espaldas ese bando republicano, como la de mi abuelo gracias a los tiros de los milicianos de la CNT/FAI o no quiere hablar de ellas?. Visto como se las gastaban no me cabe la menor duda. Pienso que probablemente el demagogo Rios Carratalá nos quiera hacer ver la amabilidad con la que iban a tratar a los sublevados. Mi abuelo no se sublevó, era un modélico funcionario municipal cumplidor y fiel a la República siendo asesinado ¡ y de qué manera !. Ahí tuvo " todas las garantías judiciales ", " una muerte digna " y no hay ni " carácter humillante ", ni " vencido ", como dice en la pág. 30, ¿ qué le habrían hecho si se hubiese sublevado ?.

"La prudencia del silencio se impuso entre los vencidos con la consiguiente pérdida de información, incluso en el ámbito familiar".

¿ A qué silencio, a qué vencidos y a qué información se refiere Juan Antonio Ríos Carratalá ?, porque nos habla, al parecer, de la que padecieron algunas personas del bando republicano. ¿ Varios tiros de gracia no fueron suficientes para imponerle silencio a mi abuelo - necesitaron o quisieron rematarlo varias veces -, según se lee en el Registro ? y toda su familia ¿ Eran vencedores o vencidos ?, porque no creo que vencieran para nada, aparte de que lo único que habrían deseado es vivir en paz y les destrozaron la vida. Cuando son declarados familia "enemiga" por haber asesinado a uno de sus miembros los meten en un tren sin decirles su destino y los separan ¿ a qué pérdida de información se refiere Rios Carratalá ?, a que yo me haya enterado dónde estaba enterrado mi abuelo 83 años después de que lo asesinaran o de que lo exhumaran tres años después de su asesinato y mi padre, Antonio Luis Baena Tocón tuviera que reconocerlo por sus ropas de entre otros cadáveres apilados.

"Prudencia del silencio": aún recuerdo a mi madre llamando la atención a mi padre si cantaba alguna canción de índole política - no el "cara al sol", como le gustaría al Sr. Ríos Carratalá -, porque lo podría escuchar alguien, ante mi ingenuidad, falta de conocimiento e indiferencia de niño, y haciéndole mención a "todo lo que habían pasado".

El autor nos sigue hablando del padecimiento de algunos en la Guerra Civil, como si la Guerra sólo la hubiesen padecido ellos, que por supuesto muchos lo pasarían muy mal, pero el victimismo unilateral de Rios Carratalá es sorprendente e impresionante. Como dice en la pag. 85 del libro "el exilio evitó numerosos fusilamientos entre la gente de pluma" y de los de que no eran de pluma, como familiares de mi padre, que al ver cómo se las gastaron con mi abuelo temieron seriamente por sus vidas y más valía irse bien lejos, alguno que otro para no volver jamás a España con todo lo que ello conllevaba y siempre sería mejor que perder la vida.

Fuente. Universidad de Alicante. Anuncio del "descubrimiento" por Rios Carratalá del juez-humorista que procesó a Miguel Hernández
Fuente. Universidad de Alicante. Anuncio del "descubrimiento" por Rios Carratalá del juez-humorista que procesó a Miguel Hernández

La wikipedia manipulada: la verdad frente a la falsedad. Fake news académicas

        Vamos a dar un repaso al contenido de la wikipedia relacionado con mi padre, Antonio Luis Baena Tocón. Podremos verificar que la mayoría de los datos son falsos o están manipulados. El enlace es: es.wikipedia.org/wiki/antonio_luis_baena_tocon.

"Antonio Luis Baena Tocón ( 1915-1998 ) fue un militar". FALSO. No fue militar de carrera, hizo el servicio militar obligatorio con posterioridad a cuando le correspondía, en la inmediata posguerra, por haber sido muy perseguido durante la misma y no haber podido hacerlo en su tiempo. ¿ Es militar franquista todo el que hiciera el servicio militar desde 1939 a 1975 ?. Hizo el servicio militar obligatorio tras regresar del exilio, sería lo correcto. Abandonó voluntariamente el ejército en enero de 1943.

"Formó parte de diversos tribunales militares de la dictadura de Francisco Franco": FALSO. Hizo su servicio militar obligatorio como alférez honorífico de complemento, en la época que le correspondió vivir y como abogado fue adscrito al Cuerpo Jurídico Militar, no como miembro de ningún tribunal sino como secretario judicial del Juzgado Especial de Prensa, entre otros servicios prestados, como dice su expediente militar del Archivo General Militar de Segovia. "Destacando especialmente su participación en el tribunal que condenó a muerte al poeta Miguel Hernández en 1940". FALSO. No destacó en nada, ni formo parte del consejo de guerra que condenó a Miguel Hernández, quieren hacerlo destacar, precisamente los que han hecho este enlace de la wikipedia, referenciados al final del mismo (Ríos Carratalá, Ferrán Bono y Juanjo Payá)

Biografía

"Entre 1939 y 1943, con la graduación de alférez, Baena Tocón fue destinado al Juzgado Especial de Prensa, encargado de perseguir y depurar a aquellas personas que hubiesen escrito en medios de comunicación durante la República". Aunque se hiciera en la posguerra inmediata la depuración citada, ¿dónde está documentado que ese fuera el fin de dicho Juzgado?.

Fuente: Información. El periodista Juanjo Payá
Fuente: Información. El periodista Juanjo Payá

"A las órdenes del juez instructor Manuel Martínez Margallo se encargó de investigar la Hemeroteca Municipal de Madrid, anotando los nombres de escritores y periodistas, junto con comentarios sobre el carácter de los presuntos delitos que habrían cometido en sus piezas literarias" . Las funciones que tuviera Baena Tocón, como cualquier otro secretario judicial de la época son las referenciadas en el Boletín Informativo del Sistema Archivístico de Defensa núm 18, de Diciembre de 2010, no las que quieren que figuren los referenciantes.

"Además, fue miembro de varios consejos de guerra relacionados con el Juzgado Especial de Prensa, destacando el instruido contra el poeta Miguel Hernández". FALSO. No fue miembro de ningún Consejo de Guerra. El encausamiento de Miguel Hernández está en el Archivo Histórico del Acuartelamiento del Infante de D. Juan, en el Paseo de Moret, de Madrid y puede consultarse documentalmente que Baena Tocón no figura como miembro de ningún Consejo de Guerra, en el que se relacionan otros nombres diferentes, sí fue uno de los secretarios judiciales del Juzgado de Instrucción que hubiera en el denominado Juzgado Especial de Prensa.

"Baena Tocón figuró como secretario del mismo, a pesar de no tener la titulación necesaria para ello al haber aprobado tan solo unas pocas asignaturas de Derecho". FALSO. Baena Tocón era abogado desde junio de 1936 y está documentada su titulación y expediente académico en diferentes archivos históricos (entre ellos el de Educación), del que quieren desposeerlo difamando su nombre los mismos referenciantes.

"En junio de 1966 Antonio Luis Baena Tocón fue nombrado interventor del Ayuntamiento de Córdoba, puesto que desempeñó hasta su jubilación. Anteriormente había sido habilitado como viceinterventor de la Diputación Provincial. Ambas plazas, como era normal durante la dictadura, fueron otorgadas en virtud de sus méritos al servicio del régimen. FALSO. Esas plazas las obtuvo por oposición con mucho esfuerzo, preparándose con otros estudios complementarios a los de licenciado en Derecho, actualizándose y perfeccionándose en la función pública tras pasar durante muchos años por destinos más modestos. Tuvieron sus convocatorias públicas y procesos requeridos de los que constan documentalmente en ambos organismos (Diputación y Ayuntamiento de Córdoba).

Polémica

"En junio de 2019 la Universidad de Alicante, a solicitud de su hijo, borró de sus archivos digitales toda referencia a la participación de Antonio Luis Baena Tocón en el juicio a Miguel Hernández, con el objetivo de que su nombre no fuese vinculado con la condena y muerte del poeta alicantino". FALSO. Su hijo solicitó que desaparecieran unos enlaces de los referenciados del catedrático Juan Antonio Ríos Carratalá, tras ver que decía falsedades de su padre. Su hijo no estuvo jamás en contra de los archivos históricos, sino de los enlaces de Ríos Carratalá porque se trataba de un libelo difamatorio..

"Rápidamente se generó un efecto Streisand, que convirtió a Baena Tocón en un personaje de actualidad mediática, frustrando los deseos de su hijo". El efecto Streisand no se genera sólo ni de repente, de la nada. Los que lo motivaron son los mismos calumniadores que han realizado este enlace de wikipedia, quienes han conseguido convertirlo en un personaje mediático, que para nada lo es, a ellos se les debe esa injusta visibilidad y consideración.

Referencias de la wikipedia

  • Ríos Carratalá, Juan Antonio (2015). Nos vemos en Chicote: imágenes del cinismo y el silencio en la cultura franquista. Valencina de la Concepción: Editorial Renacimiento. ISBN 978-84-16246-83-0.
  • Bono, Ferran (18 de junio de 2019). «La Universidad de Alicante borra en Internet el nombre del secretario del juicio contra Miguel Hernández» (html). El País. Consultado el 19 de junio de 2019.
  • Ríos Carratalá, Juan Antonio (2015). «El caso Diego San José, la sombra de Miguel Hernández y el juez humorista» (pdf). Anales de la literatura española contemporánea (Society of Spanish and Spanish-American Studies) 40 (Extra 1): 355-375. ISSN 0272-1635.
  • Payá, Juanjo (3 de noviembre de 2015). «Los verdugos de Miguel Hernández» (html). Levante-EMV. Consultado el 19 de junio de 2019.
  • «Antonio Luis Baena Tocón nuevo interventor del Ayuntamiento de Córdoba». Habilitados Nacionales. 2 de julio de 1966. Consultado el 18 de junio de 2019.
  • Anderson, Peter; Arco Blanco, Miguel Ángel del (2011). «Construyendo la dictadura y castigando a sus enemigos. Represión y apoyos sociales del franquismo (1936-1951)». Historia Social (Fundación Instituto de Historia Social) (71): 125-141. ISSN 0214-2570.

Justicia en guerra 

            Hay textos, como "Justicia en Guerra", de las Jornadas sobre la Administración de Justicia durante la Guerra Civil española, publicado por el Ministerio de Cultura, Dirección General de Bellas Artes y Archivos y Dirección de Archivos Estatales. Madrid 1987, que sirven para comprender, a aquellos que quieran comprender y hacer comprender (no todo lo contrario) cómo se actuaba ante las circunstancias que atravesaba España y de ahí la declaración del Estado de Guerra y sus consecuencias.

Es de muy a tener en cuenta la aportación de Jesús Antonio del Olmo Pastor, del Cuerpo Jurídico Militar y abogado sobre "El acceso a Archivos Judiciales Militares" y los criterios que deben tenerse en cuenta ante el acceso a dichos archivos.

En primer lugar debería existir el deseo de discutir los propios errores para no volver a repetirlos: no es una realidad actual y tardará en cicatrizar por razones evidentes.

En segundo lugar, los hechos, afortunadamente, no se enjuician igualmente en el tiempo. "En tiempos de guerra, el derecho cede ante el paso de las lanzas" - viejo aforismo romano -, que algunos parecen ignorar para seguir en la contienda e incitar a la no cicatrización de las heridas, al dedo señalador de manera injusta, al odio, a la revancha, a la política irracional.

Dice el autor que la intimidad de las dos partes está jurídicamente protegida y que la última garantía la tienen los Tribunales de Justicia, quizás haya que recurrir a ellos.

El derecho a la intimidad de quienes siendo sujetos activos o pasivos de actuación, fuese ésta voluntaria o por razón de cargo, tienen por sí o por sus antepasados o herederos, a que la divulgación de la información que contuvieran no se preste a difamación ni les haga desmerecer de la consideración ajena. Tal y como está haciendo el catedrático de la Universidad de Alicante, Juan Antonio Ríos Carratalá.

Una impugnación judicial sería la que defina el equilibrio...

En casa, de la guerra no se hablaba casi nada ¿qué os contaron vuestros padres?

            Recientemente fui a una conferencia organizada por un Ateneo local en colaboración con la Plataforma por la Memoria Democrática. Nos hablaban de una "generación herida" de niños y niñas que perdieron la infancia con el golpe de Estado del 18 de julio de 1936 y la guerra posterior, como la perdieron los cuatro hermanos menores de mi padre y los nueve hermanos menores de mi madre.

Fuente: El Periódico. Niños estudiando en 1955
Fuente: El Periódico. Niños estudiando en 1955

Yo supuse antes ir de qué se hablaría y acerté, pero me animé a ir pensando que no fuera así, sólo tenía la esperanza de que no fuera algo tendencioso y partidista, pero no fue así.

Se habló del silencio recreando la intervención con lo más ruin del bando nacional, sólo de éste: las mujeres sufrieron con especial violencia las acciones represoras, fueron tratadas como material de guerra, como material para vengarse del enemigo, la España truncada por la barbarie fascista, marcada por el luto y la tristeza - como lo padeció mi abuela por la barbarie del bando contrario -, se interrumpió la infancia de una generación de niños y niñas - como se interrumpió la de mis tíos -.

Cierto, mi padre, sus hermanos, mi madre, sus hermanos arruinados, las sacas, el miedo, la separación familiar y, de todos y cada uno de ellos, podríamos hacer una película similar e incluso de muy peores condiciones a la que en la conferencia nos pusieron.

Totalmente de acuerdo con lo expresado en la conferencia. Un conocido mío fue también, observé que se salió al poco tiempo. A los pocos días me lo encuentro, le digo que lo vi en la conferencia y me dijo que no la aguantaba porque aquello era muy sectario, que su familia sufrió todo eso y más, pero que cualquiera dice allí nada y tenía toda la razón, al igual que estoy de acuerdo con lo que allí se expresó, en mi opinión, es una Memoria muy parcial, porque pretende recordar a sólo una parte de personas desaparecidas o represaliadas en la Guerra Civil española.

Hablando con amigos de confianza, porque tienen que ser de confianza, perjudicados por el bando nacional, excusan los hechos por las estadísticas - las que les interesen - y las proporciones. Vale, de acuerdo, pero no lo niegan en privado a quien sufrió y padeció, porque hubo otros muchos que padecieron y sufrieron en otro bando, que en la mayoría de los casos no eligieron, lo diga quien lo diga. Cada uno estaba donde estaba y se encontró con lo que se encontró, aunque algunos cambiaran y tomaran cartas en el asunto.

El miliciano caido, célebre foto inmortalizada por Robert Capa
El miliciano caido, célebre foto inmortalizada por Robert Capa

Algún que otro primo hermano de mi padre y otros familiares se exiliaron, como él mismo hizo en plena Guerra, aunque éstos se fueron a vivir a Venezuela, por ejemplo. De hecho, cuando comencé mis investigaciones de manera personal llegué a tener incluso un mal trato en instituciones públicas andaluzas cuando quise indagar sobre mi abuelo  - para colmo no lo mataron los nacionales -, tanto por internet, como personalmente y creo que eso debería ser denunciable, no hay políticos que quieran tocar ese tema, salvo aquellos que quieren meter el dedo en la herida, que suelen ser de determinada ideología. He tenido que tener mucho cuidado cómo preguntar las cosas para ser atendido, siguiendo los consejos de alguien que sabe mejor que yo sobre esta historia y trabaja con asuntos relacionados al respecto.

El parcial apoyo institucional es evidente y a esos políticos de pandereta les gusta ponerse medallas vendiéndose por un puñado de votos, los otros no cuentan. Testimonios de familiares de sólo una parte hacen ver que sólo ellos padecieron o sufrieron,  que no son para nada diferentes de los padecidos por la otra parte y que ni se mencionan, porque supuestamente son "ganadores, exterminadores, verdugos, aprovechados" y un largo etc. Eso no quiere decir que no sea verdad muchas de las tropelías expresadas, que suelen serlo  - aunque no siempre -, pero es lo que traen las guerras, sólo desgracias a todos los que se ven inmersos en ellas.

Esas infancias perdidas, esos miedos a hablar e incluso a cantar, esos familiares y amigos o vecinos fusilados, esos medios de vida, esas penurias económicas, esa hambre que pasaron, esa falta de afectos por falta o ausencia obligada de familiares y seres queridos, y un largo etc se vivieron en mi casa y en casa de familiares míos, sin haber restablecido la dignidad de las víctimas, sin tanto cacareo.

Siendo yo un niño, recuerdo a mi padre que cantaba alguna canción de índole política cuando se duchaba y cómo iba mi madre corriendo a reprenderle para que se callara por si alguien le escuchaba, con el miedo a lo que pudiera ocurrir y eso sería al principio de los años 60. Igualmente, conectar con emisoras extranjeras clandestinas, que mi padre escuchaba todas las noches sin excepción y se le pedía que pusiera la radio más baja, no fuera a escucharla alguien, por si nos denunciaban. Mi padre escuchaba todas las noches la BBC de Londres y muchas veces yo, sentado en su cama, a su lado la escuchaba también, pero solía ser tarde y me indicaba que me acostara, aunque él seguía escuchando las noticias que daban desde el extranjero.

Fuente: Archivos. Detenidos republicanos durante la Guerra Civil
Fuente: Archivos. Detenidos republicanos durante la Guerra Civil

Piden los organizadores de la conferencia que se recuerde todo ello para que no vuelva a ocurrir, hay que tener Memoria, pero no veo, no aprecio que pidan y quieran "Memoria para que lo que ocurrió no vuelva a ocurrir", sino Memoria para que no les vuelva a ocurrir a los mismos, así que mucho odio y fomento del mismo para que no les pille de nuevo "con el paso cambiado" y vuelvan a ser como se autodenominan "perdedores, exterminados, víctimas y perjudicados", cuando creo que esos calificativos son de todos los españoles, peo hay quien reclama el derecho al victimismo y sé que por escribir estas palabras querrán, como mínimo, corregirme.

Está muy bien que se conozca "la memoria", pero no de manera parcial, ni falsaria.

En casa no se hablaba nada de la guerra y, ochenta años después de la Guerra, tras tanta información por parte del catedrático Juan Antonio Ríos Carratalá, falsa la mayoría y difundida por sus palmeros, intenté contactar con los hijos de los hermanos de mi padre, que la guerra se encargó en parte de separar a la familia, que si Facebook, WhatsApp, Messenger, Instagram, etc. Le pregunto a mis primos y saben tan poco o menos que yo, sus padres tampoco hablaban nada. Lo pasaron fatal y parece que la tónica general era no hablar nada de aquello a los niños o no hablar delante de ellos, aunque siempre alguno de cada casa sabía algo y tirando del hilo de ese algo se iban descubriendo las piezas del puzzle.

Tan absolutamente nada se hablaba de la guerra, que gracias a investigar sobre la vida de mi padre, tendré que agradecer el conocer la verdadera historia de mi familia al Sr. Ríos Carratalá, a pesar de haberla falseado. Al decir en algunas instituciones que a mi abuelo lo asesinaron en 1936 no fue bien recibido mi comentario, ni tuve el mejor trato que pude recibir, hasta que un señor, con voz muy bajita - como si temiera que otros le escucharan - me recomendó cómo decir las cosas, y digan lo que digan viví personalmente que la Ley de Memoria Histórica era para una parte de la sociedad, no para todos los que padecieron en ella, no era del bando de "los buenos", cuando resulta que no se sublevó y digamos que "los suyos propios" son los que acabaron con su vida.

Tras recurrir a multitud de archivos civiles, eclesiásticos, militares, académicos y tribunales, hablando con personas mayores de diferentes localidades, investigadores e historiadores, leyendo, etc, empleando mucho tiempo y dinero, me he enterado dónde estaba enterrado mi abuelo, mi padre jamás dijo nada al respecto, pero cada mes de agosto, ahora sé que era el día 7, se le notaba bien triste cuando iba a escuchar una Misa en su memoria y en más de una ocasión le acompañé.

En la Conferencia de aquel Ateneo, entre las preguntas finales que pidieron al público, salió una señora muy exaltada, que al parecer no sabía nada de la Guerra y me sorprendió mucho porque no era una chica joven, sino una señora madura y se identificó como una Profesora de Instituto, los conocimientos de Historia de nuestra juventud y su profesorado no específico son prácticamente nulos y por esa misma razón altamente aleccionables y manipulables, que esas barbaridades había que hacerlas saber y solicitaba que fueran a su Centro a dar la misma conferencia y eso acordaron muy gustosamente. 

A mí me habría gustado decir que esos padecimientos son los mismos que tuvieron mi familia y otras muchas familias del bando contrario, sin ninguna diferencia, sin que eligieran bando, muchos de ellos no tuvieron nada que ver con Franco, pero era tal el énfasis que allí se respiraba que me habrían pegado un tiro, si hubiesen tenido una pistola en la mano. 

Nuevas reflexiones sobre Antonio Luis Baena Tocón en "Nos vemos en Chicote": de las checas al exilio

             Ciñéndome exclusivamente a los apartados del libro " Nos vemos en Chicote" de Ríos Carratalá, donde hace referencias a Antonio Luis Baena Tocón, comenzamos por el capítulo "La represión requiere colaboradores", pág. 150, que comienza con una cita que dice: "Oír hablar a las víctimas es desgarrador, provoca emoción y compasión, pero no nos enseña nada: las víctimas no son las responsables de esos hechos, sino quienes han sufrido, impotentes, la voluntad de otros. Si queremos comprender los desastres pasados debemos mirar también hacia quienes cometieron esos actos" (El País, 25-3-2012). Y como si fuera palabra de Dios, Juan Antonio Ríos Carratalá, lo hará a su manera: de forma tendenciosa, parcial, sarcástica, dando por ciertas sus suposiciones, no sé si está acomplejado y lo hace con afán de destacar o sobresalir, etc, de manera que su panfletario sea merecedor del mensaje que quiere transmitir, al igual que en el resto de su libro.

Yo no pude escuchar a mi abuelo, porque fue vilmente asesinado en agosto de 1936, pero escuché a mi abuela, a sus hijos y, entre ellos, a mi padre - lo poco que dejó que se le escuchara -, a otros familiares y allegados suyos. Y cierto, oír hablar a las víctimas es desgarrador, porque todos ellos que de una u otra forma fueron víctimas, provoca emoción y compasión. Todos ellos hablaron muy poco de la Guerra Civil, especialmente en vida los ya fallecidos, porque la guerra los dejó bien marcados y en sus casas casi nada se hablaba de esa contienda, aunque sus hijos/as dijeron, cada uno lo que supieron por ellos; marcados para mal, no al contrario, como como quiere hacer ver el Catedrático, pero me veo en la obligación moral de luchar por la dignidad de estas personas fallecidas, en especial por la de mi padre, que este Sr. Panfletario y sus palmeros han querido quitarles, por lo que se ha preguntado y mucho a los familiares, se ha contrastado cuanto decían, a sus amigos que quedaran vivos y se supiera de ellos, a los que los conocieron de verdad y, por supuesto, consultando archivos públicos y privados de todo tipo.

En el trending topic que organizó en la segunda quincena de junio de 2019, Ríos Carratalá, manipulado muy hábilmente por el periodista Ferrán Bono de El País, se recibieron todo tipo de ofensas, burlas, repetición del nombre de mi padre, del mío propio, repetición de determinadas frases, repetición de cosas falsas e incluso alguna amenaza, etc, - en su mayoría siguen estando vigentes en las redes -, porque inocentemente caí en su trampa y le comenté, a título particular, que mi padre fue una víctima más de la guerra y se manipuló como se quiso y se dijeron las barbaridades que se quisieron decir.

Por lo visto, el joven Antonio Luis Baena Tocón, que con 21 años le fusilan a su padre no es una víctima de una guerra; su propio padre tampoco fue una víctima de la Guerra, aunque lo asesinaran, porque además de ser un funcionario fiel a la República existente en 1936 y no sublevarse, no debió tener creencias de tipo religioso, ni debió ayudar a quienes por su cargo sabía que iban a asesinar. A su familia tampoco se le puede considerar víctima, fue considerada oficialmente "familia enemiga", por haber sido asesinado el cabeza de familia (se consideraba así a las familias que hubieran asesinado a alguno de sus miembros).

Por supuesto que tampoco se le considerará víctima porque se les saqueara su casa y se les dejara en la más absoluta de las miserias, quedando una viuda y cuatro menores de edad (más el hijo mayor en Madrid sin posibilidad de acercarse), se les desterrara a Albacete y se les separara, como si aún no tuvieran suficiente tragedia que soportar.

A Antonio Luis Baena Tocón no se le puede considerar víctima por todo eso, y tampoco por haber sido muy perseguido durante toda la Guerra Civil (se da la circunstancia que a su padre lo asesinaron junto a un colega suyo de un municipio cercano, el secretario del Ayuntamiento de Patones, junto a su hijo de 16 años, según decían, "para que no fuera como su padre", como tampoco :

por haber sido encerrado y torturado en algunas checas,

por haberse tenido que refugiar en la Embajada de Chile o

por haberse tenido que exiliar a Marsella, donde lo pasaría bien mal, hasta que terminara la Guerra Civil.

Después vendrían otros acontecimientos nefastos para su vida y es que no fue una víctima. A la "no víctima" varias veces lo llevaron a darle "el paseo", no sé si alguna más. En una de esas ocasiones, una miliciana muy activa visualizó y le debió molestar mucho una pequeña medalla que llevaba y que llevó toda su vida sin exhibirla, aunque se la viera y por la que tuve que responder a algún borrego respondón del trending topic de junio, que yo la tengo, la guardo con cariño y podía venir por mí cuando quisiera".

Una persona allegada con autoridad académica como historiador me dijo que eran otros tiempos, a lo que yo le respondí que es verdad que son otros tiempos, pero parece que algunos quieren alentar a seguir lo que se paró hace 80 años y, aunque creo que no le gustó mucho mi respuesta, creo que la daba por cierta en su cabeza. Mi padre sí me comentó alguna vez "¡qué odio más grande el de aquella miliciana!, ¡cómo le molestaba la medalla que tenía!". Esta miliciana llegó a decirle a algunos de sus compañeros que "al rubio de los ojos azules, al de la medalla, se lo dejaran a ella". No sé quién le facilitó la huida o cómo se libró de aquel "paseo".

De "otro paseo" de una checa lo libró su limpiabotas (lo conocía de cuando iba a la Universidad, que se iba con los zapatos limpios y este hombre, al parecer le limpió los zapatos en alguna que otra ocasión). Es una historia que desconocía y me contó un primo hermano con el que no he tenido contacto durante más de 50 años. Con el coronavirus no hemos podido vernos, pero nos veremos próximamente. Contacté con él buscándolo por las redes sociales, al igual que a otros familiares, con la intención de saber qué les dijeron sus padres de la Guerra Civil. "De la Guerra no se hablaba nada en casa", como en la mía y como en la del resto de familiares, aunque todos sabían algo. Él no sabía que su madre, siendo una chiquilla de 15 años, la mayor de sus hermanos, fue enviada por mi abuela, en plena Guerra a ver a mi padre a Madrid (en aquellos tiempos podría tardarse tres horas en autobús), para que le dijera lo que habían hecho con su padre y que no se le ocurriera ir por el pueblo, aunque tuvo un aviso previo de mi abuela a través de una señora que iba a Madrid - que posteriormente torturarían, le arrancarían la lengua y también asesinarían en Torrelaguna ( Madrid ), su nombre era Victoria Núñez, mujer adinerada, que ayudaba a la gente no pudiente y no se callaba ante las injusticias, según me comentó un historiador local. Era la Presidenta de Acción Católica de Torrelaguna -, pero aunque le advirtió de las barbaridades que estaban ocurriendo en el pueblo, no tuvo valor de decirle que habían asesinado a su padre. El limpiabotas madrileño del que hablábamos tenía peso dentro del grupo miliciano que regentaba aquella checa, sin que haya podido enterarme de qué checa se trataba e hizo que lo soltaran porque "era buen chaval". Mi tía siempre le dijo a sus hijos, que nunca menospreciaran a nadie y les ponía de ejemplo a sus hijos que aquel limpiabotas, que solía estar tirado en el suelo limpiando los zapatos de otros, le salvó la vida a su tío.

Fuente: Instituto CEU de Estudios Históricos
Fuente: Instituto CEU de Estudios Históricos


Antonio Luis Baena Tocón fue detenido muchas veces, no sabía a quien recurrir y, tal como se cuenta en la biografía familiar de la web, se presentó ante su catedrático de Derecho Penal Luis, Jiménez de Asúa, ilustre jurista y político de renombre, conocido de su padre, quién indignado por la muerte de mi abuelo expresó que "se había perdido el control de las masas" y le facilitó un salvoconducto para que se pudiera mover por Madrid, pero al poco tiempo es detenido y enseña a los milicianos que lo detienen el salvoconducto que le dio Jiménez de Asúa. El que miró el salvoconducto respondió: -"Ese es más fascista que tú (refiriéndose a Jiménez de Asúa), así que reza porque te vamos a dar el paseo" y fue llevado de nuevo a una checa.

Muchísimas checas "antifascistas" pero todas ellas con métodos muy fascistas y genocidas de la que también logró zafarse, probablemente fuera la misma o una en la que hubiera estado con anterioridad donde le hubieran dado "masajes terapéuticos". Me consta que fue torturado en más de una ocasión. Pienso que estuvo en ella con anterioridad porque por ella pasó su amigo de ideología comunista y sastre, compañero de alojamiento y amigo suyo de juventud, que ya lo salvó en otras ocasiones. Pienso que debía ser una checa muy próxima al lugar donde vivía. He indagado las que había por esa zona, pero había varias en el entorno y no he podido determinar cuál fue; al menos, por ahora. No sé el nombre de esa persona, aunque alguna vez se dijo en casa, pero no era la primera vez que lo salvaba de que le dieran "el paseo". Ese sastre le hizo el traje que figura en la foto de la web y se lo hizo al terminar sus estudios de Licenciado en Derecho. En esta ocasión, el sastre supo que lo iban a trasladar en una camioneta para darle el tiro de gracia en un paredón y el camino a seguir de dicha camioneta. Le advirtió a mi padre, y eso lo sabemos los hijos, porque es una de las pocas cosas que comentó en casa sobre la Guerra. Este sastre y amigo le dijo que "ya no podía ayudarle más" (algún peligro vería que corría su propia integridad física), que lo montarían en una camioneta para darle el paseo, tendrían que pasar por un sitio angosto y no tendrían más remedio que hacer un giro más lento, por lo que tendría que aprovechar para saltar y correr todo lo que pudiera, como así hizo.

Todo ello sin poder ver a sus familiares, ni acercarse a la localidad donde vivía su familia, sin poder dar cristiana sepultura a su padre (que lo mataron en una hornacina del Convento de Monjas de Clausura Concepcionistas Franciscanas, unas monjas a las que defendió, pues pretendían ultrajar y saquear su Convento, entre otros religiosos/as de la localidad y, tras fusilarlo, lo amontonaron en una especie de cuneta, de hoyo perfectamente identificado el lugar, en el cementerio donde apilaban cadáveres de asesinados y donde cuyo cuerpo permaneció los tres años de Guerra. Según me dijeron en el Registro del Juzgado de Torrelaguna, era habitual lo de cambiarlos de sitio, para que no los encontraran. Esa era la bondad que se gastaban. Eso por lo visto no es ser víctima.

Estuvo refugiado en la Embajada de Chile (tengo entendido que allí no se refugiaba cualquiera cuya vida no estuviera en serio peligro, allí se refugiaron en torno a 4.000 personas, tanto de izquierdas como de derechas). Para no repetirme no hablaré sobre ello, pues ya lo hice en la web enlazada con este blog www.antonioluisbaenatocon.es La vida allí era muy desagradable, pero quienes estuvieran allí tendrían la vida a salvo. Hay muchas referencias bibliográficas que hablan al respecto. Todos los que pasaban por allí eran víctimas, pero a algunos tendenciosos y/o perroflautas les ha dado por decir que Antonio Luis Baena Tocón no lo fue.

Después vendría el exilio impuesto, creo que a instancias de Cruz Roja Internacional, en uno de tantos canjes de presos que se hicieran, la huida aludida en la web vía marítima a Marsella (saliendo desde el puerto de Alicante, gracias a la Armada Argentina), donde lo pasaría muy mal, pasaría mucha hambre, comió cáscaras de patatas cogidas de los contenedores de basura, teniendo incluso que pedir limosna, cosa como tantas otras que siempre calló y que diría en los últimos años de vida a uno de los hijos con los que convivió hasta su muerte.

Se da la circunstancia que otros familiares suyos, temiendo por su vida, aun sin entrar en confrontación con nadie, se exiliaron voluntariamente a otros países y jamás volvieron, tenían en alto precio a sus vidas y temieron perderlas.

"Las víctimas no son las responsables de esos hechos", por supuesto que no, pero como a mi familia y a mí mismo algunos la han declarado en las redes sociales como "familia de asesinos" (Gracias aSr. Ríos Carratalá, muchas gracias Sr. Ferrán Bono), pues "serían responsables de todo aquello": no sufrieron, no padecieron impotencia y según ellos no estuvieron sometidos a la voluntad asesina de otros (que defienden los citados señores). Vamos a mirar, como dice Tomorov, a quienes cometieron esos actos y yo añadiría "a quienes hoy les parece bien lo que hicieron", aunque no creo que sea la mejor manera para solucionar y acabar una guerra que ocurrió hace 84 años y que algunos, como los citados señores en mi opinión, quieren alentar, crispar, calentar, revivir, provocar, etc.