SILENCIOS SELECTIVOS: PODER, ABUSO Y PROTOCOLOS DE PAPEL

10.10.2025
  • Título original de Ríos Carratalá: El silencio académico en torno a José Luis Martín Vigil

  • Fecha: miércoles, 10 de mayo de 2023

  • Enlace: varietesyrepublica.blogspot.com/2023/05/el-silencio-academico-en-torno-jose.html

Fragmento destacado de Ríos Carratalá

"Hace unas semanas, el periodista Íñigo Domínguez publicó un par de artículos en El País sobre las supuestas andanzas del escritor José Luis Martín Vigil (1919-2011) en el marco de los abusos sexuales encubiertos por la jerarquía católica. El tema, por obvio desde mi juventud, apenas me interesa, pero en esta ocasión leí con atención lo publicado el 20 de marzo de 2023 y el pasado 5 de abril. Los testimonios de las víctimas eran tan dramáticos como concretos…"

Comentario crítico inicial

  1. Generalización como dogma
    Ríos Carratalá parte de un caso individual —Martín Vigil, exjesuita— para generalizar contra toda la Iglesia. Un clásico de su método: convertir anécdota en categoría y sospecha en verdad histórica.

  2. El vicio de las etiquetas
    Lo mismo que hizo con el Juzgado de Prensa: "todos voluntarios", "todos represores", "todos trepadores del funcionariado". Ahora: "todos los curas" culpables de abusos.

  3. Silencios selectivos
    Denuncia los silencios de la Iglesia, pero ignora otros: los de la universidad donde trabaja y los de la política, donde también hay abusos, encubrimientos y complicidades.

  4. La viga y la paja
    Es más cómodo señalar siempre a la Iglesia —colectivo amplio y fácil de demonizar— que reconocer silencios y fraudes en casa propia.

Este patrón de generalizaciones y silencios selectivos se repite en demasiados textos de Ríos Carratalá. Y este no es una excepción.

Réplica narrativa crítica

El 10 de mayo de 2023, RC publicó una entrada sobre José Luis Martín Vigil. Lo que podía ser un análisis literario se convierte, una vez más, en sermón ideológico:
👉 "abusos sexuales = jerarquía católica".

El resultado es una generalización sectaria que estigmatiza a un colectivo entero.
Porque los abusos de poder no son exclusivos de la Iglesia: surgen allí donde alguien tiene poder y otro depende de él. En familias, en el deporte, en hospitales, en universidades y, por supuesto, en política.
El problema no es la sotana: es el abuso de poder, el silencio y la hipocresía institucional.

Ríos Carratalá denuncia el "fraude" de curas modernos, pero él mismo ha cometido fraude historiográfico contra mi padre, Antonio Luis Baena Tocón: falseando, generalizando y difamando con apoyo de medios que repiten su relato sin contrastar.
¿Dónde termina el "fraude clerical" y empieza el académico? ¿Qué diferencia hay entre callar ante un abuso y manipular un documento para justificar un bulo?

Mientras tanto, en los pasillos y despachos de la universidad, el silencio no era una abstracción: tenía rostro, miedo y protocolos de cartón.

Mi experiencia universitaria

No hablo de oídas. En mi etapa universitaria, varias compañeras me pidieron que las acompañara a exámenes orales para no estar a solas con el profesor. Yo inventaba excusas para entrar, porque la sola presencia de alguien ya les daba seguridad.
Ese miedo era el mejor indicador de que la institución no protegía.

Los protocolos contra el acoso existían… en PDFs bien maquetados. En la práctica eran humo: burocracia decorativa que no impedía el abuso ni ofrecía amparo real.

Por eso me resulta cínico leer a Ríos Carratalá hablar de "silencios encubridores" como si fueran patrimonio exclusivo de la Iglesia. Esos silencios yo los vi —y otros los sufrieron— en las aulas y despachos universitarios.

El espejo universitario

La universidad española tiene su propio historial:

Casos documentados

  • Universidad de Barcelona: 14 mujeres denunciaron por carta al rector coerción y abuso de poder del catedrático Ramón Flecha (El País, 2025).

  • Complutense de Madrid: investigación a Carlos Monedero por denuncia de acoso sexual (Infobae, 2025).

  • Universidad de Salamanca: profesor expedientado tras una década de denuncias de alumnas extranjeras (El País, 2019).

  • Universidad de La Laguna: un profesor admitió abusos a siete alumnas y aceptó 21 meses de cárcel (El Día, 2021).

  • Cataluña: 28 docentes suspendidos por acoso sexual o laboral en cinco años (Ara, 2024).

Cifras y patrones

  • Entre un 8 % y un 23 % del alumnado español reconoce haber sufrido acoso en la universidad (Scielo, 2021).

  • Si esos protocolos funcionaran de verdad, esas cifras bajarían. Pero no bajan.

  • Patrones recurrentes:

    • Despachos cerrados = riesgo abierto.

    • Dependencia académica = arma de coerción.

    • Protocolos bonitos = silencios feos.

    • Justicia penal = archivo fácil.

    • Justicia universitaria = sanción leve.

¿Dónde están los editoriales de Ríos Carratalá denunciando este silencio académico?

El ámbito político

Y si miramos más allá de la universidad, el silencio no desaparece: cambia de traje.

  • Íñigo Errejón: denunciado por acoso sexual por la actriz Elisa Mouliaá (HuffPost, 2025) y por tocamientos en Castellón (Cadena SER, 2024).

  • Cristina Fallarás lo definió como "la punta del iceberg" de un patrón de impunidad (AS, 2025).

  • José Luis Ábalos, en otro plano, usó su tribuna pública para difamar a mi padre, repitiendo sin contraste las falsedades académicas de RC. La alianza entre política y academia se convierte así en fábrica de bulos con sello institucional.

No me sorprende: sé de casos en el Ayuntamiento de Córdoba, protagonizados por políticos electos, algunos mencionados y alabados por Ríos Carratalá—que no detallo aquí por respeto y posible implicación de personas conocidas—, "voz populi" en la ciudad, donde también hubo abusos de poder, encubrimientos y silencios cómplices.
Nadie levantó la voz. Los "protocolos de integridad" tampoco sirvieron.
La política, igual que la universidad, tampoco está libre de manchas, aunque algunos prefieran mirar solo hacia la Iglesia.

Conclusión

Si Ríos Carratalá quiere hablar de silencios encubridores, que tenga la valentía de mirar también al espejo universitario y político (además de a sí mismo, ¿seguro que no silencia nada? y me refiero en todos los sentidos...).
La pederastia y el acoso no tienen monopolio clerical: son abusos de poder que se repiten donde hay jerarquías y miedo.

Pero claro, señalar a la Iglesia es rentable: da titulares, refuerza ideologías y evita incomodidades.
Denunciar la universidad propia o a los políticos afines sería más arriesgado.
Su "rigor" es selectivo, su crítica parcial y sus silencios tan cómplices como los que denuncia.

📚 Fuentes consultadas

  • Scielo (2021). El acoso sexual en la universidad: la visión del alumnado.

  • Infobae (2025). La Fiscalía archiva una segunda denuncia contra Monedero.

  • El País (2025). 14 mujeres denuncian abuso de poder en la Universidad de Barcelona.

  • El Día (2021). Profesor de La Laguna admite abusos a siete alumnas.

  • Ara (2024). 28 docentes suspendidos en universidades catalanas por acoso sexual o laboral.

  • HuffPost (2025). Elisa Mouliaá denuncia acoso sexual de Íñigo Errejón.

  • Cadena SER (2024). Errejón investigado por tocamientos en Castellón.

  • AS (2025). Fallarás: el caso Errejón es solo la punta del iceberg.