SENTENCIAS COMPLETAS, NO MEDIAS VERDADES
Cuando la sentencia no dice lo que ellos celebran

Título original: El texto de la sentencia del 1 de septiembre de 2021
Fecha: domingo, 19 de septiembre de 2021
Enlace (Blog de Ríos Carratalá): https://varietesyrepublica.blogspot.com/2021/09/el-texto-de-la-sentencia-del-1-de.html
Tipo de alusión
Indirecta pero relevante:
utiliza la sentencia del contencioso-administrativo como propaganda
en su beneficio, silenciando lo que no conviene a su relato y
celebrando públicamente con colegas afines.
Estrategia discursiva de Ríos Carratalá
Selectividad interesada: destaca únicamente los fragmentos de la resolución que le permiten presentarse como "absuelto" o "victorioso".
Silencio calculado: omite pasajes clave de la sentencia que desmienten sus falsedades sobre Antonio Luis Baena Tocón (no formó parte de un consejo de guerra, no pidió condena para Miguel Hernández, sí era abogado, etc.).
Apoyo coral: se hace eco de celebraciones con colegas y medios amigos (por ejemplo: Ferris, la hija de éste, redes sociales) que repiten su versión sin haber leído la sentencia completa.
Persistencia fanática: aunque los propios tribunales ya desmienten su relato, se aferra a la huida hacia adelante para sostener su bulo original.
Puntos discutibles o falsos
Falsa absolución mediática: confunde la inadmisión parcial de un recurso con un aval a sus falsedades.
Negación de lo evidente: sigue negando la condición de abogado de Antonio Luis Baena Tocón, a pesar de que la sentencia lo reconoce expresamente.
Celebración sectaria: la fiesta en redes y medios ignora los hechos judiciales que contradicen su versión, fomentando propaganda en lugar de debate.
Ausencia de rectificación: persiste en no reconocer que la sentencia acredita lo contrario de lo que él lleva años afirmando en libros, entrevistas y conferencias.
El Sr. Ríos Carratalá celebró con alarde la sentencia del 1 de septiembre de 2021, convirtiéndola en bandera de victoria, acompañado por el aplauso de amigos y colegas. Cuando alguien presume de sentencia pero calla lo que no le conviene, no informa: manipula.
La verdad que no quiso
citar
El
texto de la sentencia fue público. Lo que no se hizo público —al
menos en su blog ni en sus entrevistas— fue que en ella quedaba
acreditado que Antonio Luis Baena Tocón era abogado, que no formó
parte de ningún Consejo de Guerra, que no pidió condena para Miguel
Hernández ni para nadie.
Son datos claros, expresos, que Ríos
ha ocultado porque derriban su relato central. Prefirió repetir la
versión cómoda: que había "ganado", aunque la sentencia
también recogía aquello que le contradice de raíz.
Celebraciones
huecas
El
espectáculo fue previsible: felicitaciones cruzadas, colegas
celebrando la "victoria" en redes, incluso algunos
familiares de esos colegas
sumándose al coro (por
ejemplo, su colega José
Luis Ferris y la hija de
éste, Marina
Vicente, "examiga" de
Facebook, haciendo copia
difusora de
su progenitor, a ella le
dedico la siguiente ilustración… ¿leería
la sentencia o sólo copiaba
lo que decía su papá?.
¡Ay ese "amor filial"
del que hablaba Viñas al referirse a mí!…) Pero
todos callaron la parte incómoda. Difundir solo lo que favorece es
una forma de falsedad: se convierte en una mentira por omisión.

Réplica: Sentencias completas, no medias verdades

La justicia dijo lo que dijo: sí había falsedad, y sí se aclaró que mi padre no ocupó los cargos que él le atribuyó. Lo demás fueron brindis interesados, celebraciones huecas sin leer la letra pequeña.
El rigor que no se aplica a sí mismo
Ríos exige rigor académico a los demás, pero él mismo se permite simplificaciones, tergiversaciones y silencios estratégicos. Cuando un investigador oculta los datos que contradicen su tesis, deja de ser investigador: pasa a ser propagandista.
Y lo más grave: este ocultamiento no es accidental. Es parte de un patrón reiterado desde 2016. Un patrón que ya no engaña a nadie que se tome la molestia de leer los documentos completos.
La realidad frente al ruido
Mientras él habla de victorias y cruzadas, los papeles dicen otra cosa. Mi padre fue abogado. No formó parte de ningún Consejo de Guerra. No pidió condena para Miguel Hernández. Y estas no son opiniones ni interpretaciones: están en la propia sentencia que él prefirió resumir a su antojo.
Resumiendo
Que no se engañe el Sr. Ríos: una sentencia no es un trofeo para exhibir en titulares, sino un texto jurídico que hay que leer completo. Y leído completo, lo que muestra no es su victoria, sino su derrota moral: la confirmación de que mintió.
Resulta curioso: el Sr. Ríos, que tanto presume de rigor académico, actúa como quien lee un libro tapándose con la mano los párrafos que le incomodan. Prefiere el aplauso fácil a la verdad incómoda. Pero la historia —la real, no la suya inventada— no se construye con champán ni con "me gusta". Se construye con hechos, y los hechos son que mi padre no fue ni secretario de consejos de guerra, ni fiscal acusador, ni verdugo de poetas.
"Lo más revelador de esta historia es que la propia sentencia que celebraron, como si fuera una medalla en una feria de egos, contiene la prueba de lo que llevan años negando. Si hubieran leído más allá del titular, se habrían encontrado con un baño de realidad: Antonio Luis Baena Tocón era abogado, no secretario de ningún consejo de guerra, y no pidió condena para Miguel Hernández. Eso lo dicta un tribunal, no mi palabra. Pero claro, es más cómodo brindar con champán sobre un relato inventado que asumir la incomodidad de la verdad."