MEMORIA SELECTIVA: CUANDO LAS VÍCTIMAS SON SOLO ALGUNAS

15.11.2025

Título original: Periodistas y escritores republicanos: las cifras de la represión

Fecha: domingo, 12 de noviembre de 2023

Enlace: https://varietesyrepublica.blogspot.com/2023/11/periodistas-y-escritores-republicanos.html

Introducción

El 12 de noviembre de 2023, el blog Varietés y República, del catedrático de Literatura Española de la Universidad de Alicante, Juan Antonio Ríos Carratalá, publicaba una extensa relación de represaliados del franquismo: periodistas, escritores, poetas, caricaturistas… El listado es minucioso, abundante, casi obsesivo. Y, sin embargo, resulta parcial: solo se detiene en unas víctimas, mientras otras quedan invisibles, silenciadas, ignoradas.

No deja de ser curioso —y hasta ofensivo— que en sede judicial Ríos afirme estar "con las víctimas". Pero lo que sus textos muestran es otra cosa: que solo lo está con ciertas víctimas. O dicho más claro: con las que le sirven a su relato.

La otra mitad silenciada

Recordar a los represaliados del bando nacional no es un problema. El problema es usar ese recuerdo como arma política mientras se sepulta en el olvido a los represaliados del bando republicano. Porque sí, los hubo: periodistas, escritores, poetas, caricaturistas y miles de religiosos y laicos asesinados por sus ideas, por sus creencias o simplemente por ser quienes eran.

He aquí algunos nombres (la lista es enorme, miles y miles más) que rara vez aparecen en las páginas de Ríos Carratalá:

  • Ramiro de Maeztu – Ensayista y periodista; fusilado en Aravaca (1936).

  • Pedro Muñoz Seca – Dramaturgo; fusilado en Paracuellos (1936).

  • Manuel Bueno Bengoechea – Periodista y diputado; fusilado en Paracuellos (1936).

  • José María Albiñana – Médico y periodista; fusilado en Paracuellos (1936).

  • José María Hinojosa – Poeta del 27; fusilado en Málaga (1936).

  • Joaquín Amigo – Escritor y profesor; asesinado en Ronda (1936).

  • Víctor Pradera – Pensador tradicionalista; fusilado en San Sebastián (1936).

  • Melquíades Álvarez – Jurista y publicista; asesinado en la Cárcel Modelo de Madrid (1936).

  • Julio Ruiz de Alda – Aviador y publicista; asesinado en la Cárcel Modelo (1936).

  • Carles Rahola – Escritor y periodista; fusilado en Gerona (1939).

  • Josep Maria Planes – Periodista; asesinado en Barcelona (1936).

  • Enrique Varela Hervías – Caricaturista; asesinado en Madrid (1936).

  • Jesús Domínguez – Ilustrador; fusilado en Sevilla (1936).

  • Francisco Baena Jiménez – Abogado y secretario del Ayuntamiento de Torrelaguna; asesinado en la capilla de monjas de clausura Concepcionistas Franciscanas en dicha localidad (1936)

  • Mártires claretianos de Barbastro (60) – Fusilados en 1936.

  • Carmelitas de Toledo (16) – Fusilados en 1936.

  • Anselmo Polanco – Obispo de Teruel; fusilado en 1939.

  • Mártires de Turón (1934) – Hermanos de La Salle y un pasionista; canonizados en 1999.

Todos ellos y miles más son también víctimas, aunque su memoria no encaje en el relato maniqueo de quienes prefieren mirar con un solo ojo.

El abuso del bulo y de la etiqueta

Recordar horrores no necesita de trampas. No hace falta inventar bulos historiográficos ni levantar engranajes ficticios donde se incrusta, de manera injusta y fanática, a personas que también fueron víctimas. Ese ha sido el caso de mi padre, Antonio Luis Baena Tocón, a quien Ríos Carratalá se empeña en colocar etiquetas ideológicas y represivas que no se sostienen con documentos contrastados.

La paradoja es sangrante: se pretende honrar a las víctimas de un bando creando falsos culpables en el otro. Se predica memoria y se practica difamación. Se proclama respeto y se reparte estigma.

Conclusión

La memoria a medias no es memoria: es propaganda. La justicia que solo reconoce a unas víctimas y desprecia a otras no es justicia: es sectarismo.
Dar publicidad a los represaliados de un bando mientras se oculta a los del otro solo sirve para ahondar trincheras, alimentar odios y perpetuar un relato fanático.

Si de verdad queremos aprender de la historia, habrá que empezar por recordar a todas las víctimas y dejar de manipular su memoria para agendas ideológicas. Porque solo así el pasado deja de ser arma y empieza a ser enseñanza.