LA FALSEDAD Y LA DESINFORMACIÓN

22.12.2024

Domingo 22 de Diciembre de 2024 

Como mencioné en la presentación del blog, en febrero de 2019 descubrí, de manera casual, que el catedrático de Literatura Española de la Universidad de Alicante, Juan Antonio Ríos Carratalá, hacía referencia a mi padre, Antonio Luis Baena Tocón, fallecido hace muchos años, con evidentes falsedades. Ante esto, presenté mi protesta. Sin embargo, pocos conocen realmente cómo se desarrollaron los acontecimientos, y menos aún quienes se han pronunciado muy alegremente al respecto.

Él ofreció sus versiones, mientras que las mías quedaron silenciadas. A él se le dio voz: actualmente hay más de mil publicaciones de diferentes formatos al respecto en los medios. En contraste, a mí han intentado callarme, incluso recurriendo a insultos y amenazas.

Contaré esta historia poco a poco y con detalle. Es probable que en un principio lo haga de forma desordenada, pero mi objetivo final es dar forma a un libro donde quede reflejada mi verdad. 

¿Qué es la falsedad?

El Diccionario de la Real Academia Española (RAE) define la falsedad como la "falta de verdad o autenticidad" o la "falta de conformidad entre las palabras, las ideas y las cosas". Asimismo, la RAE menciona como sinónimos o términos relacionados: mentira, engaño, embuste, fingimiento, calumnia, infundio, ardid, timo, entre otros, todos ellos contrarios a la autenticidad o la veracidad. De igual forma, señala como palabras similares a falsedad: hipocresía, inexactitud, doblez, cinismo, entre otras, en oposición a la franqueza o sinceridad.

Al profundizar en su significado, la falsedad o falsificación también se define como un "delito consistente en la alteración o simulación de la verdad, con efectos relevantes, cometido en documentos públicos o privados, en monedas, en timbres o en marcas".

Es importante destacar que no se considera falsedad aquello que se cree, se opina o se supone verdadero o auténtico, siempre y cuando no sea una creencia tergiversada ideológicamente, fanática, infundada o intencionada para engañar. En ese caso, la creencia puede constituir un fraude y, por tanto, una falsedad. Según la definición mencionada, se entiende que hay falsedad o delito cuando existe una "alteración o simulación de la verdad, con efectos relevantes, cometida en documentos públicos o privados". En el peor de los casos, esta situación puede derivar en falsificación, es decir, en la distribución consciente y deliberada de información falsa.

Por lo tanto, quien difunde falsedades sobre otra persona o situación incurre en acciones como mentir, engañar, calumniar, estafar o actuar con doblez y cinismo. Estas conductas, generalmente, revelan una intención maliciosa, aunque rara vez sea reconocida por quienes las ejercen. La falsedad puede causar daños significativos a las personas, incluyendo perjuicios morales, patrimoniales, pérdida de reputación, daño al honor, afectaciones a la salud e incluso riesgos para la integridad física.

¿Qué es la desinformación?

La desinformación se define como la difusión intencional de información falsa con el objetivo de influir en la opinión pública u ocultar la verdad. Este fenómeno puede transmitirse a través de múltiples canales: entrevistas, charlas, conferencias, artículos, libros, radio, prensa, televisión, redes sociales, o incluso mediante terceros. Como consecuencia, puede generar desconfianza hacia fuentes que, en principio, se consideran confiables.

Es importante destacar que la desinformación no solo implica la difusión de falsedades, sino también el apoyo injustificado a quienes las emiten, ya sea por corporativismo, ideología o intereses personales. Este proceso suele requerir un plan estratégico cuidadosamente diseñado para alcanzar sus fines.

La desinformación puede manifestarse de diversas maneras. Aprecio que el catedrático de Lengua Española Juan Antonio Ríos Carratalá es experto en algunos de los procedimientos retóricos más utilizados para desinformar :

  • Demonización: Representar de manera negativa a personas o grupos, como funcionarios que actuaron en determinados contextos históricos porque les tocó vivir en esa época vistos con ojos de hoy y en circunstancias muy diferentes.
  • Oscurecimiento: Crear personajes oscuros, siniestros, tenebrosos...
  • Presuposición: Sugerir indirectamente hechos no comprobados.
  • Uso de falacias: Argumentos engañosos, como la atribución de méritos o logros sin fundamento o desposeer de méritos a alguien para desacreditarlo…
  • Mentira directa: Afirmar falsedades bajo la premisa de autoridad ("Porque lo digo yo y punto", "no estaba pero estaba"…)
  • Descontextualización: Presentar información fuera de su contexto original para alterar su significado (ej: "no es malo decir que alguien es funcionario sin serlo", cierto, pero difiere mucho fuera de contexto…)
  • Generalización excesiva: Emitir juicios amplios sin base sólida (era gente sin estudios que firmaban muertes alegremente para irse un finde semana libre y para trepar…), etc.

Estos métodos, junto con otros como el negativismo o la manipulación de datos, conforman herramientas poderosas para crear narrativas distorsionadas.

El impacto de la desinformación se agrava cuando va acompañada de campañas de divulgación estratégica, destinadas a establecer conexiones con personas influyentes o colegas que ayudan a amplificar el mensaje falso. Este tipo de manipulación busca generar confianza y promover una causa específica, a menudo mediante la distorsión o el ocultamiento de fuentes de información legítimas.

En una sociedad globalmente conectada, la desinformación es un problema creciente. Las noticias falsas o fake news son utilizadas como parte de estrategias destinadas a manipular la opinión pública. Estas campañas son una amenaza para la libertad y la democracia, propagándose a una velocidad alarmante gracias a los medios digitales. Este fenómeno, sin duda, constituye un desafío crítico para la sociedad contemporánea.