EL CATEDRÁTICO CONDENADO QUE ENGAÑÓ A LA OPINIÓN PÚBLICA CON APOYO ACADÉMICO Y POLÍTICO

08.04.2025

Ríos Carratalá falseó archivos judiciales y lesionó el derecho al honor de una persona fallecida.

La justicia desmonta su relato guerracivilista.

Ahora es trending topic la vida disoluta del exministro socialista Abalos y sus "sobrinas" del alma pagadas con dinero público, pero no debemos olvidar que hay otras informaciones que ponen en evidencia la visión académica de sectores de izquierda desde la óptica guerracivilista para manipular a la opinión pública falseando archivos públicos.

El catedrático de Literatura Española de la Universidad de Alicante, Juan Antonio Ríos Carratalá, condenado por intromisión ilegítima en el derecho al honor contra mi padre, Antonio Luis Baena Tocón, que como ha demostrado la justicia NO era el secretario judicial del consejo de guerra que condenó a muerte al poeta Miguel Hernández, es un trilero historiográfico, experto en engañar a la opinión pública lesionando el derecho fundamental de los españoles a recibir información veraz ( art- 20.1.d) Constitución Española.

Con el apoyo inefable de sectores de la izquierda, desde historiadores ( de esos que opinan que quien debata contra ellos es un fascista ) o de periodistas palmeros del mismo corte talibán, el catedrático respaldándose en aras de la libertad de expresión y de cátedra, hace del engaño un nuevo arte, como sucede con aquellos que patrocinan la memoria democrática ( pero sólo de izquierdas, eh ¡ ) y promueven la censura y control de la prensa, cuando ellos son auténticos maestros en los bulos y las fakenews.

Una de las últimas actividades de Ríos Carratalá, con marcado ejemplo de desobediencia civil, aparte de criticar a la jueza que le ha condenado y a la sentencia con hechos probados, ha sido demostrar su capacidad como experto llorón buscando el apoyo del expresidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig. No se podría esperar otra cosa, pero curiosamente Ríos Carratalá oculta a todo el mundo, que entre otros hechos que incluía la demanda, se le demandaba por haber cometido fraude historiográfico con singular inventiva. La verdad es que de historia de la Literatura, Ríos Carratalá escribe poco, salvo contados homenajes a Cervantes, Lope de Vega o Calderón de la Barca.

Nos referimos a que en su obra, objeto de demanda, escribía en la página 192 de su libro " Nos vemos en Chicote. Imágenes del silencio y el cinismo en la cultura franquista " ( libro por el que ha sido condenado y que acaba de publicar una tercera edición ) que los periodistas Valentín de Pedro, Virgilio de la Pascua Garrido, Alberto Marín Alcalde y Joaquín Dicenta Alonso, habían pasado por las manos de mi padre ( " Todos pasaron por las manos de un juez implacable y un secretario empeñado en buscar las huellas de los delitos en la Hemeroteca Municipal de Madrid " ). El caso, es que frente a esa rotunda afirmación me encaminé a los sumarios judiciales de esos periodistas depositados en el Archivo General e Histórico de Defensa, y cual fue mi sorpresa que en ninguno de esos sumarios aparecían ni el nombre, ni la firma ni la intervención de mi padre como secretario judicial. La obsesión paranoide psicopatológica de Ríos Carratalá para interpretar una historia victimista desde la óptica de izquierda, le dirigió hacia la acción de manipular o falsear los sumarios asegurando la participación de mi padre cuando en realidad se trataba de un falseamiento histórico y un engaño a la opinión pública. Esa es la memoria democrática que no nos merecemos.

Conforme a ello voy a citar los nombres y datos archivísticos de los citados sumarios donde NO figura mi padre:

Valentín de Pedro. En las cuatro causas en Madrid con este nombre y de segundo apellido Benítez, corresponden tres a: Sumario 13919/Caja 3289; Sumario 15519/Caja 2272 y Legajo 2257/Sumario 15119, y una causa con segundo apellido Antón con Legajo 4161/Sumario 5791. NO FIGURA en ninguna de ellas el nombre y la firma de Antonio Luis Baena Tocón, ni en instrucción ni en consejo de guerra. ( Doc. 35 de la demanda )

Virgilio de la Pascua Garrido ( Caja 1284/3-Sumario 6356 y Sumario 2717/Legajo5722 ). NO FIGURA el nombre y la firma de Antonio Luis Baena Tocón, ni en instrucción ni en consejo de guerra. ( Doc. 35 de la demanda )

Alberto Marín Alcalde ( Sumario 23830/ Legajos 2058 y 3080 ). NO FIGURA el nombre y la firma de Antonio Luis Baena Tocón, ni en instrucción ni en consejo de guerra. ( Doc. 35 de la demanda )

Joaquín Dicenta Alonso ( Legajo 4595/Sumario 13149 ). NO FIGURA el nombre y la firma de Antonio Luis Baena Tocón, ni en instrucción ni en consejo de guerra. ( Doc. 35 de la demanda ).

Juzguen Vds. mismos y si tienen tiempo acérquense al Archivo General e Histórico de Defensa en Paseo de Moret (Madrid) y consulten dichos sumarios para obtener información veraz y no ser engañados por el concepto de memoria democrática de la izquierda, y de la libertad de expresión y cátedra del farsante Ríos Carratalá, que por cierto anuncia a bombo y platillo que en otoño de 2025 acudirá al Parlamento Europeo a defender su causa, lo que no sabe es que muchos eurodiputados ya están informados y prevenidos de su condena y sus actividades.

ENGLISH VERSION

The Convicted Professor Who Deceived Public Opinion with Academic and Political Support
Ríos Carratalá falsified judicial records and violated the honor of a deceased civil servant. Justice dismantles his Civil War-inspired narrative.

While the scandal surrounding former Socialist minister Ábalos and his "dear nieces" paid with public money is trending, we must not forget other facts that expose how certain left-wing academic circles manipulate public opinion using a Civil War-centric view of history, falsifying public records.

The Professor of Spanish Literature at the University of Alicante, Juan Antonio Ríos Carratalá, was convicted for unlawful interference with the right to honor of my father, Antonio Luis Baena Tocón. The court confirmed that my father was not the court clerk in the military tribunal that sentenced poet Miguel Hernández to death. This makes Ríos Carratalá a historiographical con artist, skilled at deceiving public opinion and violating the fundamental right of Spaniards to receive truthful information (Article 20.1.d of the Spanish Constitution).

With the inexcusable support of certain left-wing sectors—historians who label anyone who disagrees with them as fascists, and journalists who act as ideological cheerleaders—this professor hides behind freedom of speech and academic freedom to turn deceit into an art form. Just like those who promote a so-called "Democratic Memory" that only remembers the left, while pushing for censorship and control of the press, even though they themselves are masters of fake news and misinformation.

One of Ríos Carratalá's most recent acts of civil disobedience has been to criticize the judge and the sentence that convicted him. He's also shown his talent for playing the victim, seeking support from the former President of the Valencian Community, Ximo Puig. Predictably. But what Ríos Carratalá conveniently hides is that one of the reasons he was sued was for historiographical fraud, based on sheer invention. In truth, he writes very little about literary history—apart from a few mentions of Cervantes, Lope de Vega, or Calderón de la Barca.

In his book Nos vemos en Chicote. Imágenes del silencio y el cinismo en la cultura franquista (the book for which he was convicted and which has just been released in a third edition), Ríos Carratalá writes on page 192 that journalists Valentín de Pedro, Virgilio de la Pascua Garrido, Alberto Marín Alcalde, and Joaquín Dicenta Alonso "all passed through the hands of an implacable judge and a clerk obsessed with tracing crimes in the Municipal Newspaper Archive of Madrid." But when I examined the judicial files of these journalists—held in the Spanish Ministry of Defense's General and Historical Archive—I found no mention, no signature, and no involvement of my father as a court clerk.

Ríos Carratalá's pathological obsession with framing a victimist leftist narrative led him to falsify those records and claim my father's involvement. This is a blatant case of historical falsification and deception of public opinion. So much for the "Democratic Memory" we supposedly deserve.

Here are the references for those judicial files where my father does not appear:

  • Valentín de Pedro: In four cases under this name (with second surnames Benítez or Antón): Sumario 13919/Box 3289; Sumario 15519/Box 2272; File 2257/Sumario 15119; File 4161/Sumario 5791. In none of them does Antonio Luis Baena Tocón appear—not in instruction nor in the military tribunal. (Doc. 35 of the lawsuit)
  • Virgilio de la Pascua Garrido: Box 1284/3-Sumario 6356 and Sumario 2717/File 5722. No mention of Baena Tocón. (Doc. 35)
  • Alberto Marín Alcalde: Sumario 23830/Files 2058 and 3080. No trace of Baena Tocón. (Doc. 35)
  • Joaquín Dicenta Alonso: File 4595/Sumario 13149. Again, no involvement of Baena Tocón. (Doc. 35)

Judge for yourselves. If you have time, go to the General and Historical Archive of the Spanish Ministry of Defense on Paseo de Moret in Madrid and consult these files. You'll find the truth—not the distorted memory of the left or the "freedom of expression and academic freedom" of a fraud like Ríos Carratalá. He's now bragging about taking his case to the European Parliament in autumn 2025—what he doesn't know is that many MEPs are already informed and warned about his conviction and activities.

VERSIONE ITALIANA

Il professore condannato che ha ingannato l'opinione pubblica con il sostegno accademico e politico
Ríos Carratalá ha falsificato documenti giudiziari e leso l'onore di un funzionario deceduto. La giustizia smonta il suo racconto ispirato alla guerra civile.

Mentre è trending topic lo scandalo dell'ex ministro socialista Ábalos e delle sue "nipotine dell'anima" pagate con denaro pubblico, non dobbiamo dimenticare altri fatti che mettono in luce come certi settori accademici della sinistra manipolino l'opinione pubblica con una visione storica centrata sulla Guerra Civile, arrivando perfino a falsificare archivi pubblici.

Il professore di Letteratura Spagnola dell'Università di Alicante, Juan Antonio Ríos Carratalá, è stato condannato per intromissione illegittima nel diritto all'onore di mio padre, Antonio Luis Baena Tocón. La giustizia ha stabilito che mio padre non era il segretario giudiziario nel processo militare che condannò a morte il poeta Miguel Hernández. Questo rende Ríos Carratalá un truffatore storiografico, esperto nell'ingannare l'opinione pubblica e nel violare il diritto fondamentale dei cittadini spagnoli a ricevere informazioni veritiere (art. 20.1.d della Costituzione Spagnola).

Con il sostegno incondizionato di certi settori della sinistra — storici che definiscono "fascista" chiunque osi contraddirli e giornalisti-compagni con lo stesso fanatismo ideologico — questo professore si nasconde dietro la libertà d'espressione e di cattedra per trasformare la menzogna in una nuova forma d'arte. Proprio come quelli che promuovono una "memoria democratica" valida solo per la sinistra e allo stesso tempo invocano censura e controllo sui media, mentre sono maestri nella diffusione di fake news.

Tra le sue ultime azioni, con chiaro spirito di disobbedienza civile, Ríos Carratalá ha attaccato pubblicamente la giudice che lo ha condannato e la sentenza stessa, che contiene fatti provati. E, come se non bastasse, si è esibito nel suo ruolo preferito: quello della vittima, cercando l'appoggio dell'ex presidente della Comunità Valenciana, Ximo Puig. Nulla di sorprendente. Curiosamente, però, Ríos Carratalá omette sempre di dire che tra i motivi della causa c'era anche l'accusa di frode storiografica, commessa con notevole fantasia. In realtà, Ríos Carratalá scrive poco o nulla di storia della letteratura, se si escludono rari omaggi a Cervantes, Lope de Vega o Calderón de la Barca.

Nel suo libro Nos vemos en Chicote. Imágenes del silencio y el cinismo en la cultura franquista (libro per il quale è stato condannato e che ora è arrivato alla terza edizione), scrive a pagina 192 che i giornalisti Valentín de Pedro, Virgilio de la Pascua Garrido, Alberto Marín Alcalde e Joaquín Dicenta Alonso "passarono tutti per le mani di un giudice implacabile e di un segretario deciso a cercare le tracce dei crimini nell'Emeroteca Municipale di Madrid". Di fronte a un'affermazione tanto categorica, mi sono recato agli archivi giudiziari di questi giornalisti — conservati presso l'Archivo General e Histórico de Defensa — e con mia grande sorpresa ho scoperto che in nessuno di quei fascicoli compare né il nome né la firma di mio padre come segretario giudiziario.

La fissazione paranoide di Ríos Carratalá per costruire un racconto vittimista dalla prospettiva della sinistra lo ha portato a manipolare o falsificare quei fascicoli, attribuendo arbitrariamente a mio padre un ruolo che non ha mai avuto. Questo è un chiaro caso di falsificazione storica e di inganno all'opinione pubblica. Ecco la "memoria democratica" che, a quanto pare, ci meritiamo.

Riporto qui i riferimenti archivistici delle cause dove mio padre non figura:

  • Valentín de Pedro: In quattro cause a Madrid con questo nome e secondo cognome Benítez, o in un caso Antón: Sumario 13919/Caja 3289; Sumario 15519/Caja 2272; Legajo 2257/Sumario 15119; Legajo 4161/Sumario 5791. In nessuna appare il nome o la firma di Antonio Luis Baena Tocón, né nella fase istruttoria né nel consiglio di guerra. (Doc. 35 della denuncia)
  • Virgilio de la Pascua Garrido: Caja 1284/3-Sumario 6356 e Sumario 2717/Legajo 5722. Nessuna traccia di Baena Tocón. (Doc. 35)
  • Alberto Marín Alcalde: Sumario 23830/Legajos 2058 e 3080. Nessuna presenza di Baena Tocón. (Doc. 35)
  • Joaquín Dicenta Alonso: Legajo 4595/Sumario 13149. Neppure qui appare Baena Tocón. (Doc. 35)

Giudicate voi stessi. Se avete tempo, andate all'Archivo General e Histórico de Defensa in Paseo de Moret (Madrid) e consultate questi fascicoli. Troverete la verità — non la memoria distorta della sinistra, né la "libertà di espressione e di cattedra" di un impostore come Ríos Carratalá. Ora annuncia a gran voce che in autunno 2025 andrà al Parlamento Europeo per difendere la sua causa, ma ciò che non sa è che molti eurodeputati sono già informati e avvertiti della sua condanna e delle sue attività.